LIMA (AP).- Un tribunal de la Corte Suprema condenó el martes a 25 años de cárcel al ex presidente Alberto Fujimori por los delitos de homicidio por dos matanzas cometidas por un escuadrón de aniquilamiento, y por el secuestro de un empresario y un periodista durante su gestión. De inmediato, Fujimori afirmó que apelará.
El presidente del tribunal César San Martín dijo al fundamentar la decisión de la corte, que los crímenes cometidos constituyeron “la más grave y severa desvaloración de la persona” por parte de Fujimori.
De acuerdo con la pena, el ex presidente podría salir libre de prisión el 10 de febrero del 2032, pues se ha tomado en cuenta que su reclusión comenzó en noviembre del 2005 cuando fue arrestado en Chile.
“Interpongo recurso de nulidad”, dijo el ex mandatario, de 70 años, al anticipar una apelación, cuando se le requirió expresar su posición con respecto a la sentencia.
El fiscal José Peláez dijo que se consideraba satisfecho con la pena impuesta. Se prevé que el proceso de apelación y la revisión del caso en una segunda instancia tomará unos cuatro meses.
El ex presidente, que gobernó autoritariamente Perú durante una década (1990-2000), fue acusado de homicidio, desaparición forzada y lesiones graves por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), cometidas por un escuadrón de aniquilamiento del ejército, y por los secuestros del periodista Gustavo Gorriti, y del empresario Samuel Dyer, ambos en 1992.
La del martes fue la segunda condena que recibe Fujimori, quien ya cumple una sentencia de seis años de cárcel por usurpación de funciones, y que enfrenta otros dos procesos penales por delitos de corrupción.
Con este fallo, Fujimori se convirtió en el primer presidente constitucional en el mundo en ser condenado en su propio país por violaciones a los derechos humanos, destacaron observadores internacionales que asistieron a la lectura del veredicto.
“Este es un día histórico”, dijo Javier Zúñiga, observador de Amnistía Internacional. “No todos los días se ve a un ex jefe de estado siendo sentenciado por violaciones a los derechos humanos como la tortura, el secuestro y la desaparición forzada de personas. Esperamos que este sea el comienzo de muchos procesos judiciales, tanto en América Latina como en el mundo”, agregó.
En las afueras de la Dirección de Operaciones Especiales, DIROES, de la policía, donde se desarrolló el juicio y donde el ex presidente se encuentra recluido, cientos de simpatizantes fujimoristas protestaron al escuchar el veredicto trasmitido a través de una pantalla de televisión.
“Muy grande es mi indignación de escuchar un fallo lleno de odio y venganza... el fujimorismo no se va a quedar de brazos cruzados, vamos a salir a las calles a manifestar nuestro apoyo abierto al mejor presidente del país”, dijo la congresista Keiko Sofía Fujimori, hija del ex presidente.
“Si piensan que con eso nos van a debilitar políticamente se equivocan... el fujimorismo seguirá avanzando, hoy estamos primeros en las encuestas y continuaremos así”, declaró.
Fujimori se había declarado inocente afirmando que nunca ordenó las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta ni conoció las operaciones clandestinas del grupo Colina, autor de los asesinatos, además que defendió su estrategia de pacificación de la que dijo que no se arrepentía sino se enorgullecía.
En la primera de las matanzas 15 personas fueron acribilladas con pistolas con silenciador cuando participaban en una reunión social en el vecindario de Barrios Altos en Lima.
En la segunda, nueve estudiantes y un profesor de la universidad La Cantuta fueron secuestrados y asesinados, y sus cuerpos incinerados y enterrados en un descampado en las afueras de la capital.
El tribunal estableció que nunca hubo por parte del gobierno una voluntad de esclarecer los crímenes, sino más bien se instauró un “mecanismo de impunidad” y “encubrimiento”.
“Se está en consecuencia ante indicios múltiples que explican el contexto, la comisión de los cuatro delitos, y las acciones de encubrimiento ulterior, que en línea común, apuntan derechamente a la culpabilidad del acusado Fujimori”, señala el texto de la sentencia, que fue leída por una relatora durante poco más de tres horas.
“Es razonable inferir que tan vasto plan criminal, y el compromiso institucional que importó, es de insistir, solo pudo llevarse a cabo con la decidida participación del jefe de estado en funciones”, agregó.
Fujimori gobernó concentrando todos los poderes del estado hasta noviembre del 2000, cuando un escándalo de corrupción comprometió su gobierno por lo que huyó a Japón. Allí vivió por cinco años amparado en su nacionalidad japonesa para evadir una extradición.
En el 2005 abandonó Tokio con rumbo a Chile, donde fue detenido y posteriormente extraditado a Perú en septiembre del 2007.
El presidente del tribunal César San Martín dijo al fundamentar la decisión de la corte, que los crímenes cometidos constituyeron “la más grave y severa desvaloración de la persona” por parte de Fujimori.
De acuerdo con la pena, el ex presidente podría salir libre de prisión el 10 de febrero del 2032, pues se ha tomado en cuenta que su reclusión comenzó en noviembre del 2005 cuando fue arrestado en Chile.
“Interpongo recurso de nulidad”, dijo el ex mandatario, de 70 años, al anticipar una apelación, cuando se le requirió expresar su posición con respecto a la sentencia.
El fiscal José Peláez dijo que se consideraba satisfecho con la pena impuesta. Se prevé que el proceso de apelación y la revisión del caso en una segunda instancia tomará unos cuatro meses.
El ex presidente, que gobernó autoritariamente Perú durante una década (1990-2000), fue acusado de homicidio, desaparición forzada y lesiones graves por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), cometidas por un escuadrón de aniquilamiento del ejército, y por los secuestros del periodista Gustavo Gorriti, y del empresario Samuel Dyer, ambos en 1992.
La del martes fue la segunda condena que recibe Fujimori, quien ya cumple una sentencia de seis años de cárcel por usurpación de funciones, y que enfrenta otros dos procesos penales por delitos de corrupción.
Con este fallo, Fujimori se convirtió en el primer presidente constitucional en el mundo en ser condenado en su propio país por violaciones a los derechos humanos, destacaron observadores internacionales que asistieron a la lectura del veredicto.
“Este es un día histórico”, dijo Javier Zúñiga, observador de Amnistía Internacional. “No todos los días se ve a un ex jefe de estado siendo sentenciado por violaciones a los derechos humanos como la tortura, el secuestro y la desaparición forzada de personas. Esperamos que este sea el comienzo de muchos procesos judiciales, tanto en América Latina como en el mundo”, agregó.
En las afueras de la Dirección de Operaciones Especiales, DIROES, de la policía, donde se desarrolló el juicio y donde el ex presidente se encuentra recluido, cientos de simpatizantes fujimoristas protestaron al escuchar el veredicto trasmitido a través de una pantalla de televisión.
“Muy grande es mi indignación de escuchar un fallo lleno de odio y venganza... el fujimorismo no se va a quedar de brazos cruzados, vamos a salir a las calles a manifestar nuestro apoyo abierto al mejor presidente del país”, dijo la congresista Keiko Sofía Fujimori, hija del ex presidente.
“Si piensan que con eso nos van a debilitar políticamente se equivocan... el fujimorismo seguirá avanzando, hoy estamos primeros en las encuestas y continuaremos así”, declaró.
Fujimori se había declarado inocente afirmando que nunca ordenó las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta ni conoció las operaciones clandestinas del grupo Colina, autor de los asesinatos, además que defendió su estrategia de pacificación de la que dijo que no se arrepentía sino se enorgullecía.
En la primera de las matanzas 15 personas fueron acribilladas con pistolas con silenciador cuando participaban en una reunión social en el vecindario de Barrios Altos en Lima.
En la segunda, nueve estudiantes y un profesor de la universidad La Cantuta fueron secuestrados y asesinados, y sus cuerpos incinerados y enterrados en un descampado en las afueras de la capital.
El tribunal estableció que nunca hubo por parte del gobierno una voluntad de esclarecer los crímenes, sino más bien se instauró un “mecanismo de impunidad” y “encubrimiento”.
“Se está en consecuencia ante indicios múltiples que explican el contexto, la comisión de los cuatro delitos, y las acciones de encubrimiento ulterior, que en línea común, apuntan derechamente a la culpabilidad del acusado Fujimori”, señala el texto de la sentencia, que fue leída por una relatora durante poco más de tres horas.
“Es razonable inferir que tan vasto plan criminal, y el compromiso institucional que importó, es de insistir, solo pudo llevarse a cabo con la decidida participación del jefe de estado en funciones”, agregó.
Fujimori gobernó concentrando todos los poderes del estado hasta noviembre del 2000, cuando un escándalo de corrupción comprometió su gobierno por lo que huyó a Japón. Allí vivió por cinco años amparado en su nacionalidad japonesa para evadir una extradición.
En el 2005 abandonó Tokio con rumbo a Chile, donde fue detenido y posteriormente extraditado a Perú en septiembre del 2007.