En los primeros días de julio próximo será iniciado un plan nacional que contempla cambiar 10 millones de bombillas incandescentes por igual cantidad de bajo consumo o fluorescentes.
El proyecto tiene inversión global de 25,000,000 de dólares, e incluye una campaña nacional de orientación a la población.
Arístides Fernández Zucco anunció que pidieron a Cuba una primera partida de tres millones de bombillas a un costo de unos US$4 millones. Explicó que Cuba tiene gran existencia de esas bombillas por sus relaciones con China y con los fabricantes de Vietnam. “Ya han vendido a Venezuela y a El Salvador. Comprarla a Cuba resulta una economía para el país en término de tiempo y flete”, agregó.
Dijo que los siete millones de bombillas faltantes los van a licitar a través de fabricantes que reúnan la calidad y los requerimientos técnicos exigidos.
El proyecto de cambiar 10 millones de bombillas incandescentes por igual cantidad de bajo consumo o fluorescentes equivale a dejar utilizar una planta de 419 megavatios, cuya instalación anda por los US$250 millones. Una bombilla está compuesta por el balastro y su filamento. Mandaron a diseñar una bombilla que tiene separado el balastro del filamento. El balastro cuesta un 80% del precio total de la bombilla. Con el nuevo diseño, esperan que se pueda seguir usando el balastro por las 40,000 horas de vida útil y, se cambia su filamento que dura entre 8,000 y 10,000 horas.
Un fiascoEl anterior proyecto de Industria y Comercio de cambiar bombillas resultó un fiasco, según dijo Fernández Zucco.
“Se importaron dos millones y medio de bombillas, como no se establecieron los criterios previamente de las especificaciones y requerimientos técnicos para la calidad y cantidad de la energía que se vierte en la red nuestra, a los dos o tres meses produjo el efecto contrario”,
Precisó que ese proceso produjo distorsiones a nivel de la energía activa y reactiva que dispararon la factura en vez de disminuirla. Las bombillas se quemaron al poco tiempo porque no eran de buena calidad.