WASHINGTON.- La secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton llegará el sábado a Haití para inspeccionar los daños causados por el fuerte terremoto del martes y debatir con funcionarios haitianos y de otros países cómo acelerar la asistencia humanitaria para los miles de víctimas y llevar adelante los trabajos de recuperación.
El presidente Barack Obama, en tanto, se reunirá en el Salón Oval de la Casa Blanca con sus dos predecesores inmediatos, el republicano George W. Bush y el demócrata Bill Clinton, que acordaron ponerse al frente de una colecta privada de fondos para Haití.
Hillary Clinton será la funcionaria estadounidense de más alto rango en llegar a la nación caribeña luego del terremoto del martes, que habría matado entre 45.000 y 50.000 personas, según estima la Cruz Roja.
La Casa Blanca ha dicho que Obama no tiene planes de visitar el país en lo inmediato.
Obama habló con el presidente haitiano René Preval el viernes, luego de dos intentos fallidos de comunicarse, y prometió apoyo de Estados Unidos para las tareas de rescate y también las eventuales de reconstrucción. Clinton tenía previsto reunirse con Preval el sábado.
"Habrá muchos días difíciles", dijo Obama el viernes en su cuarto mensaje en tres días sobre el desastre.
El gobierno estadounidense también reconoció que sus esfuerzos en apoyo en Haití enfrentan grandes obstáculos, aunque prometió acelerar pronto la entrega de agua y otros suministros esenciales.
El Departamento de Estado aumentó la cifra confirmada de estadounidenses muertos por el sismo a seis y dijo que el número podría aumentar en otros 15.
El doctor Rajiv Shah, coordinador de las medidas de rescate estadounidenses que llegará a Haití con Clinton, dijo que el principal objetivo todavía es rescatar a los sobrevivientes atrapados.
Shah, que apenas la semana pasada asumió al frente de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), dijo que la ayuda comenzará a circular con más rapidez en los próximos días. Agregó que había reunido 48 millones de dólares en ayuda alimentaria que alcanzarán para dar de comer a los dos millones de damnificados por varios meses y que 100.000 contenedores de 10 litros de agua serán entregados en breve.
Sin embargo, también hizo hincapié en las limitaciones logísticas y físicas que obstaculizan el reparto de ayuda.
P.J. Crowley, vocero del Departamento de Estado, dijo que la peor limitación es la imposibilidad de utilizar el principal puerto de la capital haitiana por los daños graves que sufrió. También hay sólo un aeropuerto donde se reciben los envíos de agua, alimentos, medicinas y otros víveres.
La llegada el viernes del portaaviones USS Carl Vinson fue como tener un "segundo aeropuerto", dijo. De inmediato, se comenzó a trasladar agua y otras provisiones a Haití en helicópteros.
El secretario de Defensa, Robert Gates, también enfatizó los problemas logísticos, como el riesgo de que lanzar provisiones desde el aire pudiera generar disturbios y peleas por los alimentos entre los damnificados.
Unos 4.200 militares estadounidenses estaban en Haití o en navíos de la Armada y la Guardia Costera frente a sus costas, dijo el Comando Sur la noche del viernes.
Otros 6.300 efectivos llegarán para el lunes para ayudar a distribuir paquetes de ayuda y evitar posibles disturbios.