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lunes, 8 de marzo de 2010

Gran pesar por el sepelio del periodista de El Nacional, Víctor Méndez; falleció electrotuado el viernes 5

MICHES, El Seibo.-Entre sollozos, cánticos religiosos y múltiples expresiones de dolor de familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo sepultaron este domingo los restos del periodista y columnista de El Nacional Víctor Méndez, en el cementerio municipal de esta ciudad.

También abundaron los testimonios sobre el amor a la familia, la dedicación al trabajo y la calidad profesional del comunicador que inició su carrera periodística en el 1977.
Méndez, de 55 años de edad, murió electrocutado la noche del viernes, cuando reparaba un inversor, en su residencia del sector La Orquídea II, en Santo Domingo Este.
Fue sepultado ayer, a las 2:00 de la tarde, luego de un culto religioso a cargo del pastor de la iglesia Alka de Cristo, Andrés King.
El panegírico fue leído por el periodista Rafael Peralta Romero, amigo, compueblano y compañero de labores de Méndez.
Peralta Romero exaltó sus excelentes condiciones profesionales y la defensa, a través de sus escritos, de los derechos de los ciudadanos de su pueblo y del resto del país, en una época en la que primó la intolerancia y la represión de las ideas.
“El nació para ser periodista. Conocía a fondo la técnica de la profesión y el idioma español, dos herramientas fundamentales en el desempeño de esa profesión”, manifestó.
Lo definió como “un periodista íntegro, dedicado a su trabajo”
En los últimos años, dijo, se acercó a Dios, lo que le permitió perdonar a quienes les agredieron y pedir perdón a los que se sintieron agredidos con sus escritos.
Además de Peralta Romero despidieron los restos de Méndez sus compañeros de El Nacional José Miguel Montero, Pedro Castro, Guillermo Burgos, Filomena Altagracia Taveras y Arturo Ozuna.
Estaba casado con Gissel Váldez, con quien procreó a Daniel, de cuatro años y Gabriel, de cuatro meses. En matrimonios anteriores procreó a Franklin, Víctor Manuel, Yocasta, Arismendy, Katty y Víctor Alfonso.
Nació en Río San Juan, el 24 de diciembre del 1955.
Era el primero de los tres hijos del matrimonio de Eladio Méndez y Josefa del Rosario, quienes también procrearon a Nina y Milady.
Su madre, doña Josefa, aseguró entre sollozos que guardará hermosos recuerdos de Víctor, de quien siempre recibió un trato cariñoso, respetuoso y responsable.
“Fue un hijo desprendido con su familia y siempre dispuesto a servirle”, afirma.
“Estoy triste, pero contenta y agradecida de Dios”, expresó, mientras contaba las anécdotas que evidenciaban el espíritu alegre de su vástago.
Doña Josefa considera que las actitudes y las conversaciones que tuvo Méndez en los últimos días era de una persona que se estaba despidiendo de sus seres queridos.
Recuerda que recientemente pidió a una de sus sobrinas que le cuidara a su madre.
Pero además, la noche del accidente pidió con insistencia a la madre de su esposa, que se encontraba de visita en su casa, que no se marchara, que no los dejara solos.
Horas después la señora fue el principal soporte emocional de su hija Gissel.
Como presintiendo su muerto, el 16 de junio del 2008 escribió su columna semanal “Unas de cal...” en la cual se despide de sus lectores. En diciembre del 2009 escribió los datos relativos a su vida profesional y laboral.
En El Nacional Méndez se desempeñó, además, como editor de la sección de espectáculos Que Pasa, corrector de estilo y reportero.
Antes, laboró para los periódicos La Noticia, Ya, El Sol y El Nuevo Diario.
Andrés King, su pastor desde que era un niño, resaltó su condición de profesional autodidacta y su facilidad para aprender. “Víctor era un hombre muy inteligente e inquieto que no se detenía ni siquiera ante el peligro. Siempre lograba lo que quería”, dice.
Sus amigos cuentan que con facilidad aprendió las profesiones de fotógrafo, periodista y técnico en electrónica.


6 Marzo 2010, 8:25 AM


Se electrocuta el periodista Víctor Méndez, de El NacionalTenía 55 años de edad y deja viuda y ocho hijos

Se electrocutó mientras reparaba un inversor en su casa; sus restos será velados a partir de las dos de la tarde, en la funeraria Blandino de la Sabana Larga hasta el mediodia, luego serán trasladados a Miches donde le darán sepultura

Se electrocuta periodista Víctor Méndez, de El Nacional
Tenía 55 años de edad y deja viuda y ocho hijos
JOSE ANTONIO TORRES
semana@elnacional.com.do

El periodista y columnista de El Nacional Víctor Rosario Méndez murió electrocutado anoche en su vivienda del sector La Orquídea II en Santo Domingo Este, cuando reparaba un inversor.
Tras sufrir la descarga eléctrica fue llevado por su esposa y vecinos al hospital militar Ramón de Lara, donde falleció a las 8:30 de la noche.
Méndez, de 55 años, se inició en el periodismo en 1977 como corresponsal del vespertino La Noticia, pasando luego a la redacción central de los diarios Ya, El Nuevo Diario y El Nacional, donde trabajaba al momento de su muerte.
En El Nacional ocupó las posiciones de redactor, corrector de estilo, editor de la sección de espectáculos Qué Pasa y editor de páginas. Tenía una columna dominical titulada “Unas de cal…”
Estaba casado con Gissel Valdez, con quien había procreado a Daniel, de cuatro años, y Gabriel, de cuatro meses. De matrimonios anteriores nacieron Franklin, Víctor Manuel, Yocasta, Arismendy, Katty y Víctor Alfonso.
En mayo de 2005 fue diagnosticado con diabetes melitus, enfermedad que mantuvo controlada. Era de los últimos de una generación de periodistas empíricos o autodidactas que ocuparon distintas posiciones en los medios de comunicación del país.
Se inició como corresponsal del matutino El Sol en Miches, en 1972, desde donde también sirvió al vespertino La Noticia, diario que posteriormente lo nombró redactor de planta. Allí llegó a desempeñarse como subjefe de redacción.
En 1976 ganó un premio nacional de periodismo en un concurso que para entonces auspiciaba la multinacional Shell Company, con una serie de reportajes sobre la vida en Miches, publicados por La Noticia.
Méndez trabajó también en los diarios El Día y Ya, de Santiago, en los que desempeñó las funciones de corrector de estilo y asistente del director, en ambos casos bajo la dirección del periodista Huchi Lora.
Con frecuencia citaba a Huchi, a Miguel A. Hernández, los hermanos Silvio y Emilio Herasme Peña, al igual que a Radhamés Gómez Pepín, como los veteranos del periodismo a los que él debía su formación profesional.
En 1987 pasó a formar parte del personal de El Nacional, donde laboró en tres etapas diferentes, en funciones de reportero, encargado de cierre de la edición de Nueva York, editor del suplemento Qué Pasa, corrector de estilo y finalmente editor de páginas.
También fue articulista ocasional de este diario hasta 1998, cuando se convirtió en columnista fijo de El Nacional hasta su muerte.
En su columna “Unas de cal…”que se publicó siempre en la primera página editorial de este diario, trató temas políticos que le merecieron elogios y críticas, además de que escribió acerca de otros aspectos de interés general. Tanto en su vida pública como en privado se distinguió por ser solidario con sus amigos y relacionados.
Méndez nació en Río San Juan, el 24 de diciembre de 1955, del matrimonio de Eladio Méndez y Josefa Rosario, quienes también procrearon a Nina y Milady.

Velatorio
Los restos de Méndez serán expuestos desde las 2:00 de esta tarde en la Funeraria Blandino, de la Sabana Larga. A las 4:00 el cadáver será trasladado a Miches, donde vive la mayoría de sus parientes. El sepelio esta programado para mañana al mediodía en el cementerio municipal de esa ciudad.

Víctor Méndez parecía presentir la llegada de su muerte


Como si presintiera que su muerte no estaba lejana, el periodista Víctor Méndez escribió el 16 de junio de 2008 su columna semanal “Unas de cal…”, que tituló “Mi última columna”. Y la guardó en su archivo.

Méndez murió anoche electrocutado cuando reparaba un inversor en su residencia en el sector La Orquídea II, en Santo Domingo Este.
Texto completo de la columna encontrada esta mañana en los archivos de Méndez, en la redacción de El Nacional.


POR VICTOR MENDEZ
“Si usted está leyendo estas líneas, será lo último que lea escrito por mí porque estoy ya seis pies bajo tierra si es ésa la profundidad que les siguen dando a las tumbas.
“Escribí esta columna de despedida para a través de ella disculparme con todas aquellas personas a las que pude haber lastimado intereses a través de mis escritos.
“Si es su caso, amigo lector, sepa que nunca escribí nada con la intención de fastidiar particularmente a alguien.
“Siempre me animó el deseo de aportar algo en la defensa del interés colectivo, y en esos casos no hay manera de evitar lastimar intereses particulares.
“De todos modos, lamento haber chocado con sus intereses aunque me siento satisfecho porque creo haber actuado correctamente.
“Me disculpo también con todos aquellos a quienes pude haberles fallado en algo, por insignificante que pudiera ser la falla.
“Yo perdoné desde antes de bajar a la tumba a todos aquellos que de alguna manera me fallaron o me causaron algún daño.
“Agradezco a Dios porque me dio la oportunidad y la entereza para perdonar y pedir perdón.
“Reitero mi agradecimiento a todos los que me ayudaron a ser quien fui. A mis padres por convertirme en un hombre de bien. En lo profesional a una larga lista de nombres que debo encabezar con Miguel A. Hernández, el jefe de redacción de La Noticia durante mis días de reportero principiante.
“Naturalmente, entre los primeros deben figurar también los hermanos Silvio y Emilín Herasme Peña, sin olvidar a Huchi Lora, Bolívar Díaz Gómez y Domingo del Pilar.
¿Y qué decir de Radhamés Gómez Pepín?
“Lo primero que debo decir de él es que por respeto (o temor) a sus palabrotas cuando siente que le fallan, siempre tuve cierta aprensión ante la posibilidad de trabajar con él.
“Sin embargo, cuando las circunstancias me convirtieron en empleado de esta empresa, bajo su conducción como director de El Nacional, pude darme cuenta de que su lengua tiene una mala fama que no merece.
“Porque Radhamés es de los profesionales más respetuosos con los que trabajé. Claro, él no regala su respeto. Hay que ganárselo con el ejercicio de un periodismo de calidad y una conducta moral como la que caracteriza a las personas de bien”.