WASHINGTON.- La actividad en América Latina seguirá ralentizándose debido en gran parte a la adversa atmósfera externa que situará el crecimiento de la región en el 3,2 por ciento en 2009, frente al 4,6 por ciento previsto para este año, según el FMI.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó en julio que la región crecería un 3,6 por ciento el próximo año y un 4,5 durante el presente ejercicio.
En su último informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales" divulgado hoy, el Fondo explica que ha tenido que revisar sus proyecciones para el próximo año más de lo esperado debido a la debilidad global, la caída en los precios de las materias primas y las mayores dificultades para encontrar financiación externa.
La región, recuerda el FMI, afronta ahora la "extraña combinación" de desaceleración de la actividad, condiciones externas más difíciles y una inflación todavía elevada.
Los economistas del Fondo indican que, tras cuatro años de un fuerte crecimiento de la producción, el ritmo se ha desacelerado en la mayoría de economías en la región durante el primer semestre de este año debido a la moderación de las exportaciones.
La demanda doméstica, mientras tanto, "sigue bastante robusta" pero el Fondo prevé que se debilite debido al enfriamiento de la economía global y al previsible endurecimiento adicional de las políticas monetarias para contener el calentamiento inflacionario.
En ese sentido, el Fondo proyecta que la inflación de la región alcance el 7,9 por ciento este año y el 7,3 por ciento en 2009.
El organismo prevé que en algunos países como Bolivia, Paraguay y Venezuela la inflación supere el 10 por ciento.
El informe publicado hoy destaca, además, que los analistas independientes creen que las tasas reales de inflación en Argentina son mucho más elevadas que las oficiales, que sitúan el Índice de Precios al Consumo (IPC) en el 9,1 por ciento este año y el próximo.
La subida de los precios también ha sido mayor de lo previsto en aquellos países en los que los bancos centrales tienen un objetivo inflacionario como Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, aunque en general los aumentos han sido menores que en el resto de la región.
Por otro lado, los economistas esperan que el superávit por cuenta corriente, que alcanzó el 0,4 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en el 2007 en América Latina se convierta en déficit este año y el que viene, aunque permanecerá en niveles bajos del 0,8 y el 1,6 por ciento del PIB respectivamente.
La excepción a la norma serán Venezuela y Ecuador, que lograrán mantener sus superávit presupuestarios en 2008 y 2009.
El Fondo alerta de que la región afronta riesgos significativos y destaca que si el crecimiento global, que se prevé alcance el 3,9 por ciento este año y un 3 en 2009, se desacelera más de lo esperado podría producirse una fuerte caída en los precios de las materias primas, uno de los pilares de la región.
A eso se suma el peligro adicional de que el acceso a las fuentes de financiación externas siga endureciéndose.
"Ese escenario desaceleraría todavía más el crecimiento en la región y aunque la inflación se moderaría de forma considerable, el sector externo podría verse sometido a una fuerte presión", dice el informe.
Por países, abandera las expectativas de crecimiento Perú, con un repunte esperado del PIB en el 2009 del siete por ciento, frente al 9,2 que se prevé para este año.
La mayoría del resto de países crecerán del orden del tres por ciento en el 2009: Chile (3,8), Argentina (3,6), Brasil (3,5), Colombia (3,5) y Ecuador (3).
En el vagón de cola figuran Venezuela y México, con crecimientos esperados del dos y el 1,8 por ciento respectivamente.
El Fondo adelanta que la actividad se frene también en América Central y el Caribe, debido a la crisis en EEUU, los menores flujos de remesas y los malos augurios para el sector turístico, entre otros factores.