El presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Ramón Alburquerque dijo que la cumbre auspiciada por el Palacio Nacional terminó sin pena ni gloria, porque aunque concluyó recientemente no se menciona ninguno de sus logros, por lo cual que los sectores participantes no pueden contar victorias y hay un sentimiento colectivo de que se trató de una tomadura de pelo.
Dijo que el presidente Leonel Fernández usó como base de su discurso del 27 de febrero sirviéndole de tabla de salvación porque en realidad demostró no tener nada de importancia para decir al país a manera de logros alcanzados durante el año 2008.
Los sectores empresariales saborean un amargor cuando intentan obtener préstamos bancarios ya que el crédito esta reservado a comprar bonos y documentos oficiales para financiar la Ley de Gastos Públicos más deficitaria en la historia reciente de la nación.
A juicio del presidente del PRD, Ramón Alburquerque, en el orden internacional la situación no anda color de rosa como lo demuestra la exclusión del presidente Fernández de la cumbre de Centro América con el vicepresidente de Estados Unidos, a pesar de la fina forma como la chancillería dominicana ha pretendido disimular el golpe diplomático.
Dijo que el presidente Leonel Fernández usó como base de su discurso del 27 de febrero sirviéndole de tabla de salvación porque en realidad demostró no tener nada de importancia para decir al país a manera de logros alcanzados durante el año 2008.
Los sectores empresariales saborean un amargor cuando intentan obtener préstamos bancarios ya que el crédito esta reservado a comprar bonos y documentos oficiales para financiar la Ley de Gastos Públicos más deficitaria en la historia reciente de la nación.
A juicio del presidente del PRD, Ramón Alburquerque, en el orden internacional la situación no anda color de rosa como lo demuestra la exclusión del presidente Fernández de la cumbre de Centro América con el vicepresidente de Estados Unidos, a pesar de la fina forma como la chancillería dominicana ha pretendido disimular el golpe diplomático.
Agregó que dicha exclusión se une a la ausencia de enviados de rango de estado a la juramentación presidencial de Fernández el pasado 16 de agosto, conformando un cuadro de dificultades en la valoración del supuesto liderazgo del gobernante.
Alburquerque subrayó que en Washington se comentan la permisividad del gobierno de Leonel frente al narcotráfico, a la corrupción administrativa que involucra a casi todos sus funcionarios con honrosas excepciones, a su frecuente coqueteo con toda suerte de movimiento revolucionario siempre que sea antiestadounidense, como forma de hacerse el gracioso con el giro hacia la izquierda revolucionaria de varios presidentes latinoamericanos, a pesar de que representa la posición mas derechista y corrupta en toda la región en los actuales momentos.
El presidente del PRD sostiene que la primera condición del revolucionario es la honestidad y la actitud firme de castigo a la prevaricación y al latrocinio, condición ausente de la conducta del presidente Fernández que nunca castiga los actos de corrupción por bochornoso que sean.
El empeño en lanzar la cubre es un reconocimiento del aislamiento real que va cubriendo al Gobierno de Fernández en los ambientes de la Casa Blanca y en la comunidad internacional, donde soplan vientos cargados de nuevos escrúpulos y conductas transparentes que a todas luces no alcanza a reunir el presidente dominicano.
Alburquerque subrayó que en Washington se comentan la permisividad del gobierno de Leonel frente al narcotráfico, a la corrupción administrativa que involucra a casi todos sus funcionarios con honrosas excepciones, a su frecuente coqueteo con toda suerte de movimiento revolucionario siempre que sea antiestadounidense, como forma de hacerse el gracioso con el giro hacia la izquierda revolucionaria de varios presidentes latinoamericanos, a pesar de que representa la posición mas derechista y corrupta en toda la región en los actuales momentos.
El presidente del PRD sostiene que la primera condición del revolucionario es la honestidad y la actitud firme de castigo a la prevaricación y al latrocinio, condición ausente de la conducta del presidente Fernández que nunca castiga los actos de corrupción por bochornoso que sean.
El empeño en lanzar la cubre es un reconocimiento del aislamiento real que va cubriendo al Gobierno de Fernández en los ambientes de la Casa Blanca y en la comunidad internacional, donde soplan vientos cargados de nuevos escrúpulos y conductas transparentes que a todas luces no alcanza a reunir el presidente dominicano.
