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martes, 16 de diciembre de 2008

siete mueren achicharradas hoy y otras nueve resultaron heridas al incendiarse yipeta y camión que chocaron en carretera de Azua-Baní







CURVA DE VIYELLA, Azua- siete personas murieron achicharradas hoy y otras nueve resultaron heridas, al incendiarse una yipeta y un camión tras chocar en la carretera Sánchez, entre Baní y Azua.
De los muertos solo ha sido identificado el chofer Carlos Manuel Arias, de 44 años, quien conducía el camión Daihatsu, blanco, placa L191296, que chocó con la yipeta Toyota Hilander, de cuya placa sólo se pudo determinar que comienza en G8, porque el resto se quemó.
Los heridos tampoco fueron identificados, los cuales algunos fueron llevados al hospital Darío Contreras, de la Capital.
En principio se dijo que los muertos eran siete, pero un teniente del Departamento de Tránsito de la Policía de Azua, que se identificó sólo como Francis, afirmó que las víctimas eran cinco y nueve heridos.
El corresponsal Teuddy Ariel Sánchez, de Barahona, informó que la mayoría de los muertos eran nativos de El Peñón.
El chofer Arias residía en Parra, de El Naranjal, San José de Ocoa.
El choque se produjo en el kilómetro 20 del tramo carretero Azua-Baní, a eso de las 5:30 de la madrugada, cuando Arias, con un grupo de entre ocho y diez personas, viajaba desde Ocoa a una finca de Azua a comprar una cosecha de aguacates.
Seis de los muertos viajaban en la yipeta y de los que iban en el camión hasta la media mañana solamente había muerto el chofer Arias, quien quedó totalmente quemado.
De su cuerpo sólo quedó el cráneo y fue identificado por personas de San José de Ocoa que pasaron por el lugar.
De los que viajaban en la yipeta tampoco se pudo identificar a nadie, porque al igual que el vehículo quedaron convertidos casi en cenizas. En algunos casos sólo quedó algo del torso.
El coronel Félix María Vidal Méndez, intendente del Cuerpo de Bomberos de Azua, explicó que tuvieron que utilizar equipos mecánicos para cortar los hierros y sacar lo poco que quedó de los cuerpos
El impacto fue tan grande que parte de la cama del camión quedó encima de un árbol.
En el lugar quedaron esparcidos los huacales donde serían transportados los aguacates, así como botellones de agua, celulares, y ropas.
Un gran tapón se formó en un gran trayecto de la carretera, porque todo el que pasaba se detenía a presenciar los efectos de la tragedia, mientras la Policía trataba de agilizar el tránsito.