Creo que no es el momento apropiado para el retorno del presidente Zelaya a Honduras", dijo Peter Kent, ministro para asuntos del Hemisferio Occidental de la cancillería canadiense. "Es sumamente claro que las actuales condiciones no pueden garantizar su seguridad a su arribo".
Insulza dijo que luego de visitar Honduras el viernes llegó a la conclusión de que "es muy claro que no existe de parte del gobierno de facto ninguna disposición a modificar su conducta" de no retornar a Zelaya al poder, del cual fue depuesto el domingo y exiliado del país.
Por el contrario, esa posición tiende "más bien a endurecerse", afirmó en la reanudación por 30 minutos de una sesión especial de cancilleres al concluir el plazo de 72 horas que dieron al presidente Roberto Micheletti para que restituya a Zelaya en sus funciones.
Zelaya dijo a reporteros, al arribar a la sesión, que continuaba con sus planes de retornar el domingo, posiblemente en compañía de la presidenta argentina Cristina Fernández, quien estaba presente en la reunión ministerial.
En la breve sesión, el embajador nicaragüense Dennis Moncada dijo que eran falsas las versiones que estaba presuntamente circulando el gobierno de Micheletti de que en Cuba, Venezuela y Nicaragua se preparaba una invasión militar a Honduras.
El canciller argentino Jorge Taiana, presidente de las deliberaciones, decretó un segundo receso para permitir a las delegaciones dialogar y volver más tarde en la noche con un acuerdo.
La canciller mexicana Patricia Espinosa había ya expresado poco antes que la preocupación predominaba en la OEA ante informes adelantados por Insulza a los ministros de era "imposible la restitución inmediata" de Zelaya a su cargo.
"Eso, de alguna manera, nos lleva a la aplicación de la Carta Democrática Interamericana y a la suspensión de Honduras", dijo Espinosa. "Lo que nosotros queremos es ayudar a generar condiciones para que se restaure la democracia en Honduras".
Insulza dijo que la resolución que los ministros aprobaron el martes en su primera sesión era "muy clara" en el sentido de que dejaba inminente la suspensión de Honduras en caso de que sus gestiones diplomáticas fracasaran como ha ocurrido.
Espinosa no descartó que el caso pudiera ser llevado al Consejo de Seguridad, del cual México y Costa Rica son miembros temporales. El panel, que es parte de las Naciones Unidas, tiene poder para establecer sanciones e incluso una acción militar.
Dijo que durante su visita no fue objeto de "ninguna acción hostil" pero notó que el gobierno de Micheletti tenía una rápida reacción a lo que decía y que al final "tras la partida de la delegación de la OEA, anunció su retiro de la organización".
Insulza dijo que el anunciado retiro no tenía ningún efecto porque procedía de un "gobierno ilegítimo".
Insulza dijo que luego de visitar Honduras el viernes llegó a la conclusión de que "es muy claro que no existe de parte del gobierno de facto ninguna disposición a modificar su conducta" de no retornar a Zelaya al poder, del cual fue depuesto el domingo y exiliado del país.
Por el contrario, esa posición tiende "más bien a endurecerse", afirmó en la reanudación por 30 minutos de una sesión especial de cancilleres al concluir el plazo de 72 horas que dieron al presidente Roberto Micheletti para que restituya a Zelaya en sus funciones.
Zelaya dijo a reporteros, al arribar a la sesión, que continuaba con sus planes de retornar el domingo, posiblemente en compañía de la presidenta argentina Cristina Fernández, quien estaba presente en la reunión ministerial.
En la breve sesión, el embajador nicaragüense Dennis Moncada dijo que eran falsas las versiones que estaba presuntamente circulando el gobierno de Micheletti de que en Cuba, Venezuela y Nicaragua se preparaba una invasión militar a Honduras.
El canciller argentino Jorge Taiana, presidente de las deliberaciones, decretó un segundo receso para permitir a las delegaciones dialogar y volver más tarde en la noche con un acuerdo.
La canciller mexicana Patricia Espinosa había ya expresado poco antes que la preocupación predominaba en la OEA ante informes adelantados por Insulza a los ministros de era "imposible la restitución inmediata" de Zelaya a su cargo.
"Eso, de alguna manera, nos lleva a la aplicación de la Carta Democrática Interamericana y a la suspensión de Honduras", dijo Espinosa. "Lo que nosotros queremos es ayudar a generar condiciones para que se restaure la democracia en Honduras".
Insulza dijo que la resolución que los ministros aprobaron el martes en su primera sesión era "muy clara" en el sentido de que dejaba inminente la suspensión de Honduras en caso de que sus gestiones diplomáticas fracasaran como ha ocurrido.
Espinosa no descartó que el caso pudiera ser llevado al Consejo de Seguridad, del cual México y Costa Rica son miembros temporales. El panel, que es parte de las Naciones Unidas, tiene poder para establecer sanciones e incluso una acción militar.
Dijo que durante su visita no fue objeto de "ninguna acción hostil" pero notó que el gobierno de Micheletti tenía una rápida reacción a lo que decía y que al final "tras la partida de la delegación de la OEA, anunció su retiro de la organización".
Insulza dijo que el anunciado retiro no tenía ningún efecto porque procedía de un "gobierno ilegítimo".