El cintillo gráfico capta como quedó la vivienda rociada con gasolina en que un hombre quemó viva a su es esposa y luego tomó una sustancia para quitarse la vida. (Foto cortesía del Listín Diario).
Un hombre quemó viva a su ex esposa y luego se envenenó en el ensanche Altagracia, en Herrera, municipio Santo Domingo Oeste, en un hecho que ha conmocionado a los moradores del lugar.
La víctima es Bernarda Morillo Montero, de 39 años, quien murió luego que su ex pareja Clinton Augusto Sánchez rociara con gasolina la casa de una hermana de ésta donde se encontraba y posteriormente la incendiara.
Según explican familiares y vecinos, Montero Morillo iba todas las mañanas a casa de su hermana, Dania Morillo Montero, ubicada en la calle Nicolás Casimiro, esquina Puerto Rico a preparar la comida y posteriormente iba a buscar al colegio a dos sobrinos que ella atendía, pero alrededor de las 11:00 de la mañana el homicida, con quien desde hace casi un mes se había separado, se presentó a la vivienda con un galón de gasolina que roció a la vivienda y luego la incendió.
Adelsio Jaime Padilla, esposo de Dania, dijo que la pareja se había separado hace 25 días debido a que Clinton viajaba a San Juan, lugar de donde era oriundo, y duraba dos y tres meses para regresar y ella tenía que asumir sola los gastos de la casa.
Expresó que la pareja no había procreado hijos, pero que Bernarda tenía tres de otro matrimonio.
En tanto que Confesor Morillo, hermano de Benarda, dijo que la única información que ha recibido de la Policía es que Clinton fue el autor del hecho y que él se había envenenado posteriormente.
La madre de la víctima, Marina Montero, a quien no le salían las palabras, lloraba la pérdida de su hija y la soledad que en lo adelante embargará a sus nietos.
Mientras que Dania tuvo que ser sedada para poder soportar la situación y el dolor por la pérdida de su hermana.
Asimismo, María Martínez, compañera de trabajo de Dania, dijo que escuchó decir de uno de los vecinos que cuando Clinton bajaba las escaleras luego de incendiar la vivienda dijo “me quemé pero la maté”.
La vivienda fue incendiada por completo y el siniestro también afectó otra casa ubicada al lado.
Bernarda Morillo Montero vivía en el Libertador de Herrera, pero acudía todos los días a casa de su hermana, a quien le cuidad dos niños.
Ante horrendo crimen un capitán de la Policía que se encontraba en el lugar de apellido Zapata, se negó a dar declaraciones, y solo se limitó a decir que no podía hablar y que nos dirigiéramos a los familiares, mientras otros miembros de esa institución y de la Defensa Civil vigilaban el lugar donde ocurrió la tragedia.
Según explican familiares y vecinos, Montero Morillo iba todas las mañanas a casa de su hermana, Dania Morillo Montero, ubicada en la calle Nicolás Casimiro, esquina Puerto Rico a preparar la comida y posteriormente iba a buscar al colegio a dos sobrinos que ella atendía, pero alrededor de las 11:00 de la mañana el homicida, con quien desde hace casi un mes se había separado, se presentó a la vivienda con un galón de gasolina que roció a la vivienda y luego la incendió.
Adelsio Jaime Padilla, esposo de Dania, dijo que la pareja se había separado hace 25 días debido a que Clinton viajaba a San Juan, lugar de donde era oriundo, y duraba dos y tres meses para regresar y ella tenía que asumir sola los gastos de la casa.
Expresó que la pareja no había procreado hijos, pero que Bernarda tenía tres de otro matrimonio.
En tanto que Confesor Morillo, hermano de Benarda, dijo que la única información que ha recibido de la Policía es que Clinton fue el autor del hecho y que él se había envenenado posteriormente.
La madre de la víctima, Marina Montero, a quien no le salían las palabras, lloraba la pérdida de su hija y la soledad que en lo adelante embargará a sus nietos.
Mientras que Dania tuvo que ser sedada para poder soportar la situación y el dolor por la pérdida de su hermana.
Asimismo, María Martínez, compañera de trabajo de Dania, dijo que escuchó decir de uno de los vecinos que cuando Clinton bajaba las escaleras luego de incendiar la vivienda dijo “me quemé pero la maté”.
La vivienda fue incendiada por completo y el siniestro también afectó otra casa ubicada al lado.
Bernarda Morillo Montero vivía en el Libertador de Herrera, pero acudía todos los días a casa de su hermana, a quien le cuidad dos niños.
Ante horrendo crimen un capitán de la Policía que se encontraba en el lugar de apellido Zapata, se negó a dar declaraciones, y solo se limitó a decir que no podía hablar y que nos dirigiéramos a los familiares, mientras otros miembros de esa institución y de la Defensa Civil vigilaban el lugar donde ocurrió la tragedia.