El jefe de la Policía Nacional, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, advirtió ayer a los chóferes que anunciaron un paro sorpresa en el transcurso de esta semana, que esa institución actuará para garantizar el orden público y la paz a la ciudadanía.
Guzmán Fermín dijo que por haber sido anunciado, ya el paro no es sorpresa, y que por tanto la Policía está preparada en cuanto a las acciones preventivas que deben regir en estos casos.
“Ellos tienen sus derechos, no puedo opinar, pero le aseguro que el deber de la Policía es constantemente garantizar la seguridad de los ciudadanos”, afirmó.
El jefe policial pronuncio un discurso desde el púlpito de la Catedral en que resaltó el difícil papel que debe desempeñar la Policía en un gobierno democrático.
Guzmán Fermín declaró que la Policía desempeña el papel de garantizar las libertades públicas, garantizar los derechos ciudadanos sin caer en los excesos, ante una delincuencia (común) que cada vez es más sofisticada, desafiante y tecnificada, auspiciada por el dinero del narcotráfico.
Señaló que no es fácil mantener a la vez el orden y ser justos, y refirió los empeños por profesionalizar a la Policía y llevar a cabo la depuración dentro de sus filas.
Al mismo tiempo refirió a la lucha contra la corrupción dentro de las propias filas policiales a que se debe enfrentar, así como también bregar con muchos intereses, “repito no es fácil.
Sostuvo que, en cambio, en un régimen dictatorial la tarea resultá más fácil porque impera la fuerza.
Pidió al cardenal que como pastor de la institución del orden le ayude a cumplir debidamente con su deber, garantizando a los dominicanos el libre ejercicio de sus derechos ciudadanos, una policía profesional dentro de un régimen democrático, respetada por los ciudadanos.
Afirmó que el policía más fuerte es aquel que cumple con su deber y puso como ejemplo a aquellos que se levantan todos los días para dedicarse a sus labores.
Guzmán Fermín también refirió los sacrificios a que son sometidas las familias de los agentes y oficiales policiales que en momentos de tragedia, como los de las tormentas Olga y Noel, debieron entregarse a las labores de rescate y ayuda a las zonas afectadas.
Agregó que con la fe en Dios, la Policía Nacional cumple con su deber.