El obispo emérito de Mao- Monte Cristi, Tomás Abreu Herrera, exhortó a las autoridades gubernamentales a ser cautelosas con la eliminación del comercio de ropa usada, ya que de esa actividad viven miles de personas.
Expresó que el plazo de un año es poco para eliminar ese negocio, del cual se visten miles de familias que no pueden comprarlas en las tiendas, debido a los altos precios de los establecimientos formales, aunque advierten que ese comercio tiene derecho a reclamar protección.
El religioso consideró que lo correcto sería integrar en un mismo cuadro legal a todas las actividades comerciales que se realizan en la frontera, tanto de exportación como de importación, con lo cual el fisco tendría buenos ingresos.
Abreu Herrera manifestó que la pobreza en el país se viste del comercio de ropa usada y que son muchos los que viven gracias a ese negocio.
En ese sentido, consideró que quitarlo en forma apresurada es crear una situación insostenible, en especial en la región Noroeste.
El obispo indicó que esos productos llegan a varia ciudades de la región del Cibao, como son Santiago, San Francisco de Macorís y La Vega, donde son muchas las familias humildes que dependen de esto para su sustento.
Dijo que por la falta de parámetros legales numerosos productos y artículos entran y salen por la frontera, según las circunstancias.
Recientemente el director general de Aduanas, Miguel Cocco, se reunió en Dajabón con representantes del comercio informal de ropa usada y de instituciones públicas y privadas y dio un año de plazo para prohibir la entrada de esas mercancías.
Como alternativa propuso la entrega de un millón de pesos para la construcción de una gran panadería- repostería como fuente de empleos.