La Conferencia del Episcopado Dominicano advirtió ayer que “el duro enfrentamiento” que sostienen los dirigentes de los principales partidos políticos, con mutuas acusaciones de corrupción, “a nada bueno puede conducir” y provocará un daño no solo político, sino también en la educación de valores, la economía y la vida social.
En un mensaje con ocasión del Día de la Independencia Nacional, los obispos expresan su deseo ardiente de que “se imponga la cordura sobre la insensatez, la concordia sobre la discordia, la temperancia sobre la intolerancia, el diálogo sobre el altercado, la patria sobre el partido”.
Consideran bochornosa “la clara y mutua acusación de corrupción” entre los políticos, lo que a su juicio afecta directamente a los pobres, porque los recursos se desvían a fines ajenos al desarrollo. “Llamamos la atención sobre el fenómeno de la corrupción generalizada y su impunidad, fruto de la inversión de valores en la sociedad de hoy, la cual socava la democracia y el estado de derecho, da pie a violaciones de los derechos humanos, distorsiona los mercados, menoscaba la calidad de vida y permite el florecimiento de la delincuencia organizada, el terrorismo y otras amenazas a la seguridad humana”, expresa el mensaje.
Deploran la cuantiosa cantidad de dinero que se emplea en propaganda política... “cuando existen tantas urgencias prioritarias por resolver en el país, tantos proyectos por realizar en educación, en la seguridad social, en los hospitales y escuelas”, entre otros. Con relación al ejercicio ciudadano del derecho al voto, los dignatarios católicos afirman que se debe ejercer el sufragio por el candidato “que en conciencia se crea que es más apto, idóneo, competente, hábil y calificado para administrar y conducir, ética, digna y eficazmente el desarrollo humano integral de nuestro país”.
Estiman “inconcebible” la compra y la venta de votos. En cambio, sostienen, que “el voto debe estar fundado en razones sólidas y honestas”. En el mensaje, titulado “La responsabilidad del laico en la vida pública”, los obispos plantean que todo servicio social, principalmente de los funcionarios públicos, debe ser ejercido con apego a la ética y la moral. “Un auténtico político no puede eludir lo ético y lo moral del humanismo integral y solidario”, agregan.
Llaman a los dominicanos a participar en política con un fuerte compromiso con el país para participar en la solución de los problemas que afectan a la mayoría. Reiteran que los criterios de buen gobierno se fundamentan en defender el bien común, respetar la vida humana, preocuparse por los más débiles y distribuir bienes en forma equitativa.