El español asesinado en San Cristóbal la noche del pasado miércoles era una de las 161 personas que fueron interrogadas por la muerte del teniente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, (DNCD), Guillermo Tejeda Krawinkel, y de la masacre ocurrida en Ojo de Agua, Baní, donde fueron ejecutadas siete colombianos.
Entre los interrogados estaba un comerciante español de San Cristóbal, Adolfo Justo Cervantes Areyena, de 39 años de edad, al que desconocidos le propinaron nueve balazos la noche del miércoles.
Desde que se iniciaron las investigaciones en torno a la masacre de Ojo de Agua en Baní, la Comisión Investigadora integrada por los generales Rafael Bencosme Candelier, Juan Manuel Fructuoso y Ramón Rodríguez Sánchez, ha interrogado a 161 personas, 31 de ellas en las últimas 72 horas.
En tanto, se han conocido 12 medidas de coerción, todas han terminado con condenas de un año y seis meses a cumplirlos en Najayo y se han practicado 63 allanamientos en Baní, Provincia de Santo Domingo, Barahona y el Distrito Nacional.
Por el caso hay presas 13 personas, ocho de ellas ya cumplen condena coercitivas en una celda de Najayo y a los cinco restantes los esperan hoy en el penal.
La Comisión ha dado a cuenta gotas los resultados de las investigaciones, y hoy se espera que en una rueda de prensa en el Palacio de la Policía prevista para las 10 de la mañana, se ofrezcan los detalles finales del caso.
Entre los detenidos figuran Andrés Berroa Mercedes, Augusto Alberto Daneris Andújar, Frederik Mejía Abud, Orín Gómez, Martín Sterling, Luis De Jesús Lara Martínez (a) El Churro, propietario de la yipeta blanca en la que sacaron los bultos conteniendo una cantidad indeterminada de dólares y sustancias controladas y se transportaron parte de los occisos desde la residencia hasta el lugar de los hechos, y Girson Antonio González Martínez chofer de la yipeta blanca.
Hay otros tres dominicanos cuyos nombres no fue posible obtener.
Con respecto al caso del comerciante español Cervantes Areyena, este había sido interrogado por la muerte del teniente Tejeda Krawinkel, a principios de este año y por cuyo crimen no hay nadie preso.
La Policía inició una investigación para determinar los motivos por los que mataron al comerciante, contra quien pesaban varias querellas en San Cristóbal.