Un grupo de personas indignadas por la violación y descuartizamiento de la niña Jésika Castillo Urbán, en el sector La Puya, destruyó e incendió la vivienda de los hombres que vinculan al crimen, y luego intentó linchar a uno de sus hermanos cuando este sacaba sus pertenencias de la casa.
El detonante de la ira colectiva fue el aviso de la Policía de que uno de los detenidos había confesado su culpabilidad. De inmediato, un grupo de hombres, con machetes y palos en mano, procedió a realizar la acción contra la vivienda habitada por cinco hermanos, de los cuales cuatro están detenidos. El hecho se produjo cerca de las 11:00 de la mañana, en el sector La Piscina, donde fue encontrado el cadáver.
A las 3:00 de la tarde, la población volvió a realizar otro acto de venganza; quemaron la casa de un tío de los implicados, en una zona denominada El Aguacate.
Los residentes de esta barriada también intentaron matar a palos y machetazos a Frank Féliz, a quien acusan de pedir dinero a los abuelos de la niña, a cambio de revelar su paradero, antes de que fuera encontrada muerta.
El padrino de la niña, Doroteo (Dote) Paredes, dijo ayer que la última versión policial atribuye el hecho a Torres Rodríguez y a Henry Montero (El Sanjuanero).