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miércoles, 21 de enero de 2009

Cardenal López Rodríguez clama por unidad y patriotismo; aboga reformas se hagan para favorecer intereses de mayoría


HIGUEY.- El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez apeló hoy a la unidad y el patriotismo de todos los dominicanos, a quienes llamó a pensar en el interés nacional antes que en los intereses personales o grupales.

Al leer la homilía que describen los paisajes bíblicos del profeta Isaías y las cartas de San Pablo y San Lucas, el también arzobispo metropolitano de Santo Domingo invocó a Dios y la Virgen de la Altagracia para que iluminen al presidente Leonel Fernández y a sus colaboradores para que puedan enfrentar las dificultades internas y que también afectan al mundo.

Ante el presidente Fernández, el cardenal López Rodríguez expresó que “venimos a invocar a nuestra madre espiritual para que ilumine a nuestro Presidente de la República y a los colaboradores del Gobierno, para que nos ayude a enfrentar las dificultades internas que tenemos”.

Reconoció que la humanidad es afectada por convulsiones que están ocurriendo en el mundo.

A la Basílica se dieron cita centenares de peregrinos de distintos puntos del país, y se desplegó en la zona extremas medidas de seguridad que incluso los periodistas confrontaron problemas para ingresar al santuario.

El cardenal López Rodríguez señaló que Nuestra Señora de la Altagracia se complace al acoger a los más pobres y a los más sencillos.

Dijo que Dios no cabe en el corazón de los soberbios y que “por eso los rechaza, no les hace caso, los echa a un lado. El que vive enorgullecido, satisfecho de lo que es o lo que pretende tener, está fuera del plan de Dios”.

Manifestó que la celebración de la eucaristía era por el país, “para que no perdamos de vista el horizonte que tenemos por delante. Primero está la Patria y la República Dominicana debe estar en el corazón de todos”.

Agregó que el color de los símbolos patrios, de la Bandera Nacional, “nuestra identidad debe estar plasmada en nuestro corazón. Por consiguiente, el interés de grupos o particular debe pasar a un segundo plano”.

Agregó que el país está en un contexto internacional que presenta una situación económica, política y social preocupante, y que para enfrentarlo necesita la colaboración de todos.

Dijo que “el país necesita de mucha sensatez, unidad en el pueblo dominicano, sentido patriótico, sobre todo ahora que nos abocamos a tiempo de reforma en el país, y deben tomarse decisiones que favorezcan a las grandes mayorías”.

El presidente Fernández llegó a la Basílica a las 9:55 de la mañana, y fue recibido en la explanada del santuario católico por el obispo de la diócesis de Higüey, monseñor Gregorio Nicanor Peña, y varios niños.

El gobernante saludó a funcionarios, empresarios y personalidades presentes, y un batallón de las Fuerzas Armadas le rindió los honores militares con salva de 21 cañonazos.

A seguidas ingresó a la Basílica escoltado por una imagen de la Virgen y acompañado del obispo Peña, funcionarios, el gobernador de la provincia y la síndica Karina Aristy, entre otras personalidades.

La primera lectura de la eucaristía fue leída por el señor Miguel Peguero Calzada.

Acompañaron al presidente Fernández, su esposa doña Margarita Cedeño de Fernández, el banquero Alejandro Grullón y su esposa Melba de Grullón, el empresario Frank Rainieri, Ramón Papo Meléndez, el secretario general de la Liga Municipal Dominicana, Amable Aristy, el gobernador Luis Rafael Cedeño, el secretario de Turismo, Francisco Javier García; el canciller, Carlos Morales Troncos, la secretaría de Educación Ciencia y Tecnología, Ligia Amada Melo, entre otros.