Una familia integrada por 16 niños huérfanos implora a la Lotería Nacional restablecer la ayuda de 5 mil pesos que mensualmente otorgaba el ex administrador de esa institución, Ramón Bona Rivera, pero que fue retirada por la actual administración.
La señora Juana Reynoso Queliz relata que tan pronto llegó a la Lotería Nacional José Francisco Peña Guaba, les retiraron la ayuda con la cual alimentaba a los 16 niños huérfanos como consecuencia del asesinato a tiros en julio del 2007 de las hermanas Santa y Cipriana Reynoso Queliz, a manos de un hombre solo identificado como Papito, quien hirió a balazos a tres de los menores y luego se quito la vida suicidándose de un disparo.
El reclamo surge en momento que el administrador de la Lotería Nacional es objeto de cuestionamiento por el reparto de más de 8 millones de pesos en juguetes a senadores y diputados, mientras la Cámara de Cuentas anuncia una auditoria a la actual gestión.
La atribulada madre adoptiva de los 16 niños huérfanos dice que lleva más de cuatro meses gestionando la reposición de la ayuda, pero que en la Lotería tienen engavetados unos documentos que le requirieron para volver a darle los 5 mil pesos, mientras la mantienen dando viajes a esa institución y diciéndoles que el caso esta pendiente..
Sostiene que los niños retornaron recientemente a la escuela, la mayoría de los cuales sin uniforme y demás utensilios escolares, mientras los alimentos que logran conseguir de manos piadosas y el vecindario tienen que recurrir a la racionalización para que pueda alcanzar para varios días, pues a veces no llega a la semana.
Dice que se ha visto en la imposibilidad de darle de comer, debido a que solía coger fiao en un colmado, en donde le suspendieron el despacho, por una deuda de más de 14 mil pesos en el negocio.
Juana Reynoso Queliz, hermana de las dos madres asesinadas, reside en una desvencijada vivienda colgada de un barranco en el empobrecido barrio de Bella Colina, en el sector capitalino de Manoguayabo, en donde vive una lucha continua por sobrevivir día a día junto a 16 niños huérfanos.
El pequeñín de los huérfanos, Jorge Daniel, quien recientemente cumplió 3 años de edad, sobrevivió afortunadamente de la balacera, pues fue alcanzado por un proyectil en la espalda y el cuello; mientras una joven de 13 años muestra la huella dejada por una bala que le atravesó un seno, y otra niña de 12 años tiene marcada su cabeza por el roce de una bala.
Juana Reynoso Queliz alimentar a los 16 niños huérfanos, junto a su esposo, un obrero de la construcción que toda la madrugada sale en busca de trabajo, aunque cuentas que regularmente se pasa dos y tres meses sin hacer nada.
La señora Juana Reynoso Queliz relata que tan pronto llegó a la Lotería Nacional José Francisco Peña Guaba, les retiraron la ayuda con la cual alimentaba a los 16 niños huérfanos como consecuencia del asesinato a tiros en julio del 2007 de las hermanas Santa y Cipriana Reynoso Queliz, a manos de un hombre solo identificado como Papito, quien hirió a balazos a tres de los menores y luego se quito la vida suicidándose de un disparo.
El reclamo surge en momento que el administrador de la Lotería Nacional es objeto de cuestionamiento por el reparto de más de 8 millones de pesos en juguetes a senadores y diputados, mientras la Cámara de Cuentas anuncia una auditoria a la actual gestión.
La atribulada madre adoptiva de los 16 niños huérfanos dice que lleva más de cuatro meses gestionando la reposición de la ayuda, pero que en la Lotería tienen engavetados unos documentos que le requirieron para volver a darle los 5 mil pesos, mientras la mantienen dando viajes a esa institución y diciéndoles que el caso esta pendiente..
Sostiene que los niños retornaron recientemente a la escuela, la mayoría de los cuales sin uniforme y demás utensilios escolares, mientras los alimentos que logran conseguir de manos piadosas y el vecindario tienen que recurrir a la racionalización para que pueda alcanzar para varios días, pues a veces no llega a la semana.
Dice que se ha visto en la imposibilidad de darle de comer, debido a que solía coger fiao en un colmado, en donde le suspendieron el despacho, por una deuda de más de 14 mil pesos en el negocio.
Juana Reynoso Queliz, hermana de las dos madres asesinadas, reside en una desvencijada vivienda colgada de un barranco en el empobrecido barrio de Bella Colina, en el sector capitalino de Manoguayabo, en donde vive una lucha continua por sobrevivir día a día junto a 16 niños huérfanos.
El pequeñín de los huérfanos, Jorge Daniel, quien recientemente cumplió 3 años de edad, sobrevivió afortunadamente de la balacera, pues fue alcanzado por un proyectil en la espalda y el cuello; mientras una joven de 13 años muestra la huella dejada por una bala que le atravesó un seno, y otra niña de 12 años tiene marcada su cabeza por el roce de una bala.
Juana Reynoso Queliz alimentar a los 16 niños huérfanos, junto a su esposo, un obrero de la construcción que toda la madrugada sale en busca de trabajo, aunque cuentas que regularmente se pasa dos y tres meses sin hacer nada.