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lunes, 11 de agosto de 2008


Senador Wilton Guerrero acusa a agentes PN de dirigir mafia en Azua para dar tumbe de drogas; afirma oficiales iban a casa narco ejecutado a comer chivos y tomar whisky
El Senador de la provincia Peravia dejo entrever hace un momento que en la muerte de siete supuestos narcotraficantes participaran agentes de la Policía de Baní en combinación con una mafia que opera en Azua.
El legislador Wilton Guerrero dijo que en Azua opera una banda que se dedica a dar tumbes a los narcotraficantes a la que le sirven de apoyo los jefes policiales de Baní.
Reveló que los jefes de la dotación policial en esa ciudad acudía a comer chivo y a beber whisky a la residencia de los narcotraficantes muertos en una acción cometida en Paya, Baní.
“La Policía Nacional tiene ahora mismo en Baní una asociación de malhechores que le sirve de soporte a una banda de delincuentes que funciona en Azua, que se dedican a hacer tumbes a los narcotraficantes, y le ha servido de soporte ya en varias ocasiones”, expreso Guerrero minutos después de salir de una reunión con el procurador general la Republica y los principales jefe militares y policiales.
Y agrego: “Ese hecho de Sangre que hemos visto en Paya, esos señores eran visitados con frecuencia por oficiales policiales de la dotación de Baní. Asistían a comer chivos y a beber whiskis, e iban hasta en la propia jepeta de la Policía, tenían el descaro de ir hasta en la propia jepeta de la Policía a visitar a los narcotraficantes ejecutados”.
Mostró un documento de una negociación del jefe de la banda en la que actuó una ayudante fiscal de Baní, con un comerciante de esa localidad.
Guerrero dijo que esa operación conllevó que los narcos mantuvieran secuestrados durante dos horas a dos jóvenes de Baní.
Dijo que luego de haber hecho el negocio, los narcotraficantes se arrepintieron, cuando lo fueron a instalar. El narco pedía el dinero.
Guerrero dijo que desde el 16 de agosto del 2006 ha venido haciendo la denuncia y en reiteradas ocasiones ha visitado al procurador general de la República, al secretario de Interior y Policía, al consultor jurídico del Poder Ejecutivo, al ex jefe de la Policía Nacional, en compañía de dirigentes de esa provincia y no le han hecho caso.
Dijo que en los últimos cuatro años, a excepción del general Oscar Tejeda Kranwinkel, tío del teniente fallecido Tejeda Kranwinkel, todos los que han dirigido la DNCD en Baní han cobrado peaje al narcotráfico.
Aseguró que los policías de Baní visitaban constantemente a los ejecutados en esa provincia recientemente y que bebía wiski juntos y que en ocasiones lo visitaban en los mismos vehículos de la Policía.
Indicó que en esa ciudad ellos han identificados 375 puntos de drogas conocidos por todos, uno de los cuales está ubicado a 50 metros de la fortaleza de la provincia y que se hacían de la vista gorda porque “todos cobraban peaje”.
El legislador presentó a la prensa un voluminoso expediente que entregó al procurador general de la República el 20 de 2006, en el que se evidenciaban las andanzas y los vínculos del fiscal de la provincia y la ayudante fiscal Esther González con el narcotráfico.