Madrid.- La Policía española ha detenido en Madrid a cuarenta miembros de la banda latina Dominican Don't Play (DDP), con lo que quedan desarticulados tres de los seis "coros" -o grupos- que había en esa región y queda así "prácticamente desarticulada".
La denominada operación "Manguera", debido a los que los miembros de la banda hacían un ritual de entrada en la misma consistente en pegar con mangueras a los nuevos, se ha saldado con 40 detenidos de cinco nacionalidades diferentes, seis de ellos menores de edad.
Los máximos responsables de la Guardia Civil española y de la Policía, junto a la delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce, destacaron la importancia de esta operación en la lucha contra las bandas latinas violentas y por la seguridad.
Uno de los arrestados es un miembro del Ejército, de origen dominicano pero nacionalizado español, que había estado recientemente en una operación en el Líbano.
A todos se les acusa de un delito de asociación ilícita y contra los derechos fundamentales.
A la mayoría se les imputan otros delitos como tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, homicidio en grado de tentativa, lesiones, amenazas, coacciones y delitos contra la salud pública y la libertad sexual.
En los veinte registros efectuados se intervinieron cinco pistolas, una granada de mano, numerosa munición, armas blancas, 400 gramos de cocaína, 2.000 euros en efectivo y un gran número de gorras, collares y banderas típicas de los DDP.
Con esta operación han sido desarticulados tres "coros", que son los grupos de unas seis personas en los que se divide la banda, y han quedado "tocados seriamente" los otros tres que hay en la región de Madrid, según las mismas fuentes.
De esta manera, la banda DDP en Madrid "se da prácticamente por desarticulada, porque su actividad queda reducida a unas cotas muy bajas", precisó el comandante de la Guardia Civil Javier Rogero.
Entre los arrestados están importantes miembros de la organización, como el segundo jefe de la banda en Madrid, denominado "cacique", y el que fue el máximo jefe del grupo en 2007, llamado "soberano", pero no ha sido detenido el máximo responsable actual.
La operación "Manguera" comenzó durante el primer semestre de 2009, cuando se detectó que aumentaba el número de personas que ingresaban en las filas de los DDP.
La operación se impulsó tras la muerte el pasado 28 de agosto de un joven de 17 años en la zona de los bajos de Azca de Madrid (una zona muy frecuentada por latinoamericanos), que según la investigación pertenecía a los DDP y fue asesinado por un miembro de la banda rival de los Trinitarios.
La banda tiene una estructura "cohesionada y sectaria, con una disciplina interna enorme y con castigos si se incumplen las normas", y para entrar en la misma los futuros miembros tenían que soportar varias series de tres "manguerazos" -en ocasiones hasta 135 series- por parte de los ya integrantes.
Entre los arrestados hay mujeres y niños, que solían ser los encargados de transportar las armas -de fuego o blancas-, y en el caso de los niños también alertaban de la presencia de Policía, moviéndose en bicicleta.
La delegada del Gobierno en Madrid destacó el éxito que supone esta operación, que es "el golpe definitivo" a los DDP en Madrid.
Con la llegada de centenares de miles de inmigrantes latinoamericanos a España, en los últimos años, en las grandes capitales españolas se ha reproducido el fenómeno de las pandillas o bandas violentas que actúan en algunas ciudades del continente americano.
Los más activos ahora son los Dominicans Don't Play, aunque se han reactivado los delitos por parte de los "Latin King" y de los "—etas", según un reciente informe de la Fiscalía General del Estado de España.