Falleció anoche mientras recibía atenciones médicas en el Hospital Metropolitano de Santiago, el obispo emérito de esta diócesis, monseñor Roque Adames Rodríguez., luego de padecer durante varios años de hipertensión arterial, diabetes, complicada con una neumonía.
Según informó en Arzobispado por medio de su vocero y director del periódico Camino, Virgilio Apolinar Ramos, el religioso tenía quince días interno en dicho centro privado y había experimentado una notable mejoría. Dijo que el deceso tomó por sorpresa a los galenos que lo asistían.
Adames Rodríguez murió a las 8 y 30 minutos de anoche en paz, luego que sus familiares y allegados terminaran de rezar las oraciones de lugar antes de disponerse a descansar y dormir. Entre los médicos que le atendieron estuvieron, Nicolás Bat,le, Manuel Lora Perelló, Luis Enrique Cantizano y Benjamín Hernández.
El vocero del arzobispado informó que el cuerpo sin vida del obispo emérito fallecido estará expuesto desde la tarde de hoy domingo en la capilla de la Anunciación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. A las tres y a las cinco de la tarde habrán misas presididas por monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio.
El sepelio del prelado fallecido será el domingo ocho de noviembre, día que hubiese cumplido 81 años de edad. El velatorio será por tantos días en vista de que el sarcófago para su sepultura no estaba listo.
LARGO EJERCICIO
Monseñor Roque Adames Rodríguez tuvo una larga vida como religioso, ocupando durante 26 años desde 1966 hasta 1992, el obispado de Santiago y vinculado a instituciones académicas y sociales, como la Pontificia universidad Católica Madre y Maestra, de la cual fue su rector, presidente del Plan Sierra y fundador del semanario Camino.
Durante su misión de obispo activo fue creador de la estructura eclesial de Presidentes de Asambleas, que fue una innovación en la Iglesia Dominicana, con influencia en otras naciones. También de los diáconos permanentes.
Roque Adames, nativo de una comunidad rural de Jánico, nació en el año 1928, fue ordenado sacerdote en el 1954 y obispo en 1966. Siempre fue calificado como uno de los dignatarios católicos de mayor formación intelectual del país.
