Buscar este blog

sábado, 2 de febrero de 2008

Autoridades sacrifican más aves en finca donde se detectó gripe aviar


La Secretaría de Agricultura y el Departamento de Sanidad Animal sacrificaron ayer más aves en una finca que aun permanece bajo vigilancia porque se detectó el virus de la influenza aviar. Las autoridades sanitarias utilizaron trajes especiales para penetrar a las granjas, donde sacrificaron las aves a palos, las colocaron en una funda plástica y luego las enterraron en una fosa común de ocho pies de profundidad.

Para penetrar a las trabas de gallos y ejecutar la medida, estuvieron acompañados del procurador fiscal Lucas Evangelista Pérez José y otros funcionarios del ministerio público.

Las granjas de esta ciudad donde se detectó en diciembre del año pasado el virus de la influenza aviar todavía permanecen custodiadas para evitar la entrada y salida de gallos, gallinas y otras aves.

El director regional Este de Agricultura, doctor Luis Rafael Cedeño, recordó que los gallos infectados entraron al país de forma ilegal a través de una lancha privada.

Precisó que Agricultura impuso una cuarentena a las trabas de gallos ubicadas en los alrededores de la granja donde se detectó la presencia de la gripe aviar.

Indicó que las trabas donde se están sacrificando las aves pertenecen a Agapito Rodríguez, puertorriqueño; Anordo Morales, Senen Rodríguez, Wilfredo Martínez, Enemencio Berroa, Dionisio Cruz Martínez y Roberto Rodríguez.

Explicó que adoptaron la decisión para evitar que continúe progagándose el virus.

El director de Agricultura estuvo acompañado del director de Sanidad Animal, doctor Ramón Quiñones; Clemente Rodríguez, epidemiólogo; la subencargada de Epidemiología, Dejelia Gómez.

También del coronel del Ejército Nacional, Jiménez Concepción, encargado de proteger la comisión; doctor Samuel Cueto, de Salud Pública; Vinicio Félix, perito del Banco Agrícola.

Los propietarios de las trabas se fueron del lugar y solo permaneció uno de ellos, debido a que se sentían deprimidos al ver cuando mataban a sus aves, las cuales querían como si fueran hijos.

Agapito Rodríguez se refirió al sacrificio para criar un gallo hasta ponerlo en condiciones de pelea.

Indicó que mensual gastan más de RD$25,000 en empleados, RD$10,000 en alimentos y otros miles de pesos en inyecciones, mientras el señor Morales precisó que gasta más de RD$100,000 para mantener su traba.

Dijo que esto lo desanima a continuar criando esos animales tan queridos, ya que lleva más de 50 años dedicados este trabajo.

Espera que el gobierno los ayude económicamente porque el sacrificio de sus aves los llevará a la quiebra.

Los granjeros pidieron también que el gobierno restablezca el mercado de esos animales con Puerto Rico y otros países, para evitar que en el futuro entren de nuevo al país aves de forma ilegal.

Las autoridades de Sanidad Animal confirmaron en un laboratorio de Estados Unidos a principios del mes de diciembre que encontraron dos gallos que dieron positivo a la influenza aviar en la comunidad La Otra Banda de la provincia La Altagracia.