Unas 200 prótesis oculares personalizadas son fabricadas e implantadas cada año en el país a individuos que han perdido uno o sus dos ojos, informó hoy la ocularista Rossy Pascual, de la Fundación Centro Láser, institución que proveerá gratuitamente de prótesis de por vida a un bebé pobre de San Cristóbal intervenido recientemente allí.
Pascual, la única ocularista criolla titulada y miembro de la Asociación de Ocularistas de Norteamérica -institución con apenas 300 miembros en Estados Unidos y Canadá- consideró alarmante el número de dominicanos y dominicanas que anualmente pierden sus globos oculares.
“Las personas de recursos económicos limitados o con escasa educación en salud, son las que pierden con mayor frecuencia sus ojos, dado que buscan asistencia médica cuando ya es demasiado tarde. También es frecuente que la gente ponga constantemente en peligro sus ojos y sea víctima de accidentes fatales”, expresó.
La directora de Plástica Ocular, una división de Centro Láser, prepara cada año alrededor de 200 prótesis a la medida para personas de todas las edades que han perdido uno o ambos globos oculares, principalmente a causa de enfermedades, accidentes, violencia de género y balas perdidas.
“Ayudo a niños y niñas con retinoblastoma, un tumor maligno del globo ocular; con glaucoma congénito y con traumatismos diversos; a mujeres abusadas que por golpes en la cara quedan sin uno de sus ojos; a víctimas de balas perdidas que no sólo pierden un ojo, sino incluso la visión del contiguo; y hasta a personas que han quedado sin ambos órganos”, indicó.
Sostuvo que las prótesis personalizadas no sólo juegan un rol estético, sino funcional, ya que ayudan a la buena lubricación y al correcto funcionamiento de los párpados, y evitan el cúmulo de secreciones conjuntivales. También favorecen el equilibrio emocional, al facilitar la incorporación de los pacientes a la vida cotidiana.
“Las personas, antes acomplejadas por su apariencia física, se miran ahora al espejo confiadas, olvidándose de las tragedias pasadas”, enfatizó.
Las prótesis preparadas por Pascual para mitigar las tragedias de dominicanos y dominicanas que pierden sus ojos van de la lentilla esclerocorneal, una especie de lente de contacto grande con un espesor muy fino que se coloca sobre el globo ocular; hasta globos oculares artificiales completos.
“Imitamos todas las particularidades necesarias del ojo verdadero de cada paciente, incluso irritaciones y pterigium (uñas), si así lo desea. En las personas con pérdida bilateral, se le pregunta qué color desea, si ha tenido visión antes y, si no, se les fabrican similares a los de sus familiares”, explicó.
Pascual, quien ha preparado miles de prótesis personalizadas desde 2001, refirió que antes de ese año, todas las prótesis oculares implantadas en República Dominicana eran genéricas, no hechas a la medida, y procedían de países como la India y Estados Unidos. Dichas prótesis causan deformaciones en la cavidad anoftálmica y en las estructuras anexas al globo ocular, como los párpados.
“Una prótesis no personalizada no puede ser conectada con el implante que coloca el cirujano oculoplástico, lo que provoca un espacio lleno de secreciones que dañan el tejido conjuntival con infecciones recurrentes. Esto deforma los párpados y los tejidos adyacentes a la cavidad ocular”, agregó.
La profesional dominicana entrena actualmente a dos pupilas, Emmy Alcántara y Esther Urbáez, quienes aprenden en su laboratorio a trabajar el Polimetil Metacrilato Monomer, material plástico resistente que ha sustituido al vidrio en la fabricación de prótesis oculares.
Dichos implantes indicó, son colocados gratuitamente en el hospital Doctor Elías Santana, de Los Alcarrizos, a las personas de escasos recursos afiliadas al Régimen Subsidiado a través del Seguro Nacional de Salud (SeNaSa).
Sobre el bebé de ocho meses que recientemente recibió un implante intraorbitario para tratar una malformación que lo dejó sin el ojo y la cuenca ocular izquierdos, Pascual informó que en los próximos días recibirá la primera de las prótesis que deberá usar durante toda su vida, las cuales le serán suministradas gratuitamente por la Fundación Centro Láser, que dirige el neuroftalmólogo Juan Francisco Batlle.
El infante fue intervenido, sin costo para sus familiares, por un equipo de profesionales encabezado por el oftalmólogo David Tsé, director de oculoplástica, cirugía orbital y servicios oncológicos del Bascom Palmer Eye Institute, de Miami, Estados Unidos; la cirujana oculoplástica Antonina Paniagua y la anestesióloga Jadla Haché, ambas de la Fundación Centro Láser.
El bebé se benefició del procedimiento que incluye la colocación de un “expansor de membrana orbital” desarrollado por el doctor Tse para corregir la asimetría facial que no eliminaban las técnicas utilizadas anteriormente.
El “orbital tissue expander” de Tse fue aprobado en noviembre del año pasado por la Food and Drug Administration (FDA), de Estados Unidos. El implante es anclado a la órbita ocular e inflado con fluido cada tres o cuatro meses, para estimular el crecimiento de dicha cuenca, previniendo la necesidad de múltiples cirugías de reemplazo asociadas con las antiguas intervenciones.