Para ello le consiguieron un pasaporte machete visado a nombre de Marcos de León, que le entregó el martes pasado un tal Santo en la avenida San Vicente de Paúl, en Santo Domingo Este, y luego lo llevó a Santiago donde durmió esa noche.
El ex militar acusado de ser uno de los principales ejecutores de los siete colombianos, admitió haber disparado el fusil M-16 hallado por la Marina en las aguas del mar Caribe.
Según reveló a la Policía, Rodríguez Montero, quien llevaba mas de un mes prófugo, no se había entregado porque desde la prisión los otros ejecutores con los que se comunicaba constantemente por teléfono, le pedían que no lo hiciera.
Le advertían que era la pieza más importante del rompecabezas y que si se entregaba tanto el como sus familiares corrían el riesgo de ser asesinados.
El ex teniente de navío narró a los oficiales que durante su huida dormía en hoteles y el miércoles, junto al tal Santo, llegó a Puerto Plata y permanecieron en el día en los alrededores de la playa y en la noche se hospedó en un hotel.
Fue apresado a eso de las 9:30 de la mañana de ayer en el aeropuerto, cuando se disponía a abordar un avión de la línea Caribear con destino a las Bahamas.
Allí sería recibido por un cubano y un peruano que dijo no conocer para luego ser llevado a la Florida, Estados Unidos. Rodríguez Montero dijo que viajaría en compañía de Carlos Manuel Luciano, Janet de Jesús Medina y Paolo de Jalam Hidalgo Javier, quienes son investigados para determinar sus vínculos con la masacre del cuatro de agosto en Ojo de Agua, de Paya, Baní.