Planteó que la justicia no es genuina si es parcial, demorada y si no se fundamenta en la verdad insobornable.
El arzobispo de Santo Domingo advirtió que si en una sociedad la justicia se corrompe o no actúa con diligencia, se corre el peligro de volver a la ley de la selva, al imperio del más fuerte y a la venganza por propia cuenta, haciendo que la paz ciudadana no exista.
En la homilía pronunciada en la misa con motivo del 85 aniversario de la JCE, López Rodríguez instó a los magistrados del tribunal a ponderar la importancia de su oficio y revisar sus actuaciones como responsables de organizar las elecciones y llevarlas a feliz término.
“No es el suyo oficio fácil. En sí mismo y en nueestro medio. No es fácil siempre descubrir la verdad de lo que se litiga y dar un veredicto final acorde a esa verdad. No es fácil prescindir de presiones y amenazas de los que se puedan sentir perjudicados. No es fácil mostrarse vertical y honesto. No es fácil siempre tener la seguridad de haber zanjado correctamente lo sometido a la justicia oficial”, reflexionó.
Reconoció que los jueces han logrado mucho en medio de dificultades y consideró que debe ser estímulo para conseguir lo que aún falta. Sostuvo que los ojos de los dominicanos están puestos en la JCE y el pueblo ha depositado muchas esperanzas en los jueces electorales, por lo que entiende necesario orar por las autoridades para que puedan acertar en sus decisiones.
“El deber de obediencia impone a todos la obligación de dar a la autoridad los honores que le son debidos y de rodear de respeto y según sus méritos de gratitud y benevolencia a las personas que la ejercen”, señaló.