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sábado, 1 de marzo de 2008

'Honor y decoro los he tenido desde antes de venir al mundo'


El enfrentamiento entre el presidente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL) y el dirigente perredeísta Guido Gómez Mazara, continuó este viernes.
A raíz de la última comunicación de José Rafael Vargas, en la cual calificó de "campaña infame” la denuncia de Gómez Mazara sobre las propiedades del funcionario, el ex Consultor Jurídico respondió con el siguiente mensaje:
José Rafael: vueltas y vueltas sin llegar al fondo
El jefe supremo de Indotel anda sudoroso, lleno de miedo y comete errores a la hora de redactar. Por eso, su respuesta a mis planteamientos exhibieron una falta inexplicable en un hombre de los medios de comunicación.
No quiero ridiculizarlo, pero su equipo retiró el error con tardanza. Lamentablemente, tengo una copia de su dislate. ¿Podría mantenerse en buen nivel un debate caracterizado por el déficit de uno de sus participantes? Le doy la ventaja porque errar es de humanos.
Varguitas parece que no tuvo el tiempo suficiente para leer con tranquilidad. No me responde. Sus argumentos se reducen a la insinuación aviesa y perversa. El hombre no aterriza.
Y le repito: si quiere saber de actividades que acogotan a la humanidad debe ser claro y coherente. Si la intención es asociarme al narcotráfico, vamos a tocar el ritmo que escogió el ilustre pequeño-gigante de Moca.
Si José Rafael Vargas tiene información sobre nexos, beneficios y crecimiento patrimonial asociado al narcotráfico, lo primero que debe hacer es tocar las puertas de las autoridades judiciales.
Desde el 16 de agosto del 2004 estoy esperando que la red de calumnias fabricadas desde los canales y medios de instancias amigas del PLD se transformen en un sometimiento. ¡Sigo esperando!.
Lo que puedo decir es que tengo la copia de los sometimientos de dos dirigentes del partido de gobierno, Salvador Mena Benavides y David Gabriel. Ambos no están sometidos por la venta de mabí, pasteles en hoja, pastelitos y dulce de leche.
Y un alto porcentaje de dirigentes del PLD saben de los aportes económicos de ambos en tiempos en que los trajes y corbatas no aparecían con frecuencia en el partido fundado por Juan Bosch.
La versión dominicana de Alan Greespan, José Rafael Vargas, pretende confundirme: habla de dos préstamos para la casa materna, pero se olvida que para desplazarse desde un barrio de clase media como, El Portal y saltar a un sector exclusivo del perfume social dominicano y adquirir apartamento de lujo se necesita un caudal de recursos que tienen su origen en fortunas heredadas o en el desarrollo de actividades empresariales exitosas.
Aunque la suerte existe, el amigo Varguitas no aparece entre los beneficiarios del premio Lotto ni presumo que sus panas full del gobierno tendrán el tupé de hacerlo “ganar” el premio de la Lotería Nacional.
Voy a dejar para otro “round” la exquisita modificación de la finca campestre en las inmediaciones de la carretera Duarte, debido a que sus vecinos no terminan de asombrarse por el “progreso” del jovencito mocano que llegó de manos de Winston Arnaud a la capital para dar un salto y caer en los litorales del partido que impidió a su benefactor ganar la presidencia de la cámara de diputados.
Honor y decoro los he tenido desde antes de venir al mundo. Nunca la deshonra toca mis puertas porque mi respuesta está determinada por una historia, y pago el precio sin importarme que la maledicencia adquiera categoría oficial.
Desconozco si en Túnez, en pleno desarrollo de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, José Rafael exhibió el indispensable sentido de la dignidad cuando el país pasó por la vergüenza de ser la nación en la que su principal ejecutivo en materia de telecomunicaciones se le sustituyó para dar paso a la distinguida primera dama, Doña Margarita Cedeño.
Cuentan que la vergüenza apabulló al funcionario que llegó al despacho del otrora poderoso hombre palaciego sin aire y lleno de lágrimas juró lealtad para que, en los tiempos de convención interna, volviera al redil del amo que lo golpeó por vía indirecta.
Finalmente, pienso que el emisario enviado al hogar de mi madre por estar lejos de la patria olvidó la naturaleza de Carmen Mazara.
Y es que si heredo una vocación para el debate y no dejarme reducir por nadie, mi progenitora puso un porcentaje mayor que el de mi padre en lo concerniente a mi personalidad.
Mi madre tiene la tranquilidad de que sus hijos no tienen que hacer extraños esquemas financieras para “justificar” ascensos sociales y desarrollo patrimonial.
La mejor forma de respetarla es no tener expedientes en los tribunales, hijos y esposas que muestro con orgullo y hermanos sin afanes por inmuebles lujosos.
Y todo eso me da la tranquilidad que Julissa Reyes no insertará en su trabajo de historias privadas sobre una provincia donde el histórico honor podría marchitarse a la hora de conocer las debilidades de uno de sus hijos de excepción.
Espero el próximo capitulo.
Guido Gómez Mazara.