Los menores, de entre 8 y 17 años, fueron devueltos a Haití en un autobús junto a otros 42 haitianos indocumentados.
Las autoridades migratorias dijeron que decidieron recoger a los niños ante las quejas y denuncias de ciudadanos de que algunos se dedican a robar y otros se pelean en las calles, donde han dañado varios vehículos con las piedras, palos y objetos que se lanzan.
Algunos de ellos fueron arrestados cuando pedían limosna en las calles junto a mujeres de nacionalidad haitiana que también fueron detenidas.
Sin embargo, un grupo casi tan numeroso de niños y adolescentes haitianos logró escapar de la persecución de los inspectores.
El jesuita Regino Martínez, coordinador de la organización Solidaridad Fronteriza en Dajabón (noroeste), dijo a Efe que el problema no se resuelve apresando a los menores y que hay que detener a quienes trafican con ellos.
"Esos niños cuando son enviados a Haití no saben a dónde ir, comienzan a deambular por las calles, por eso es que no creo que lo correcto sea detenerlos y repatriarlos, sino que a quienes hay que perseguir es a quienes los trafican", indicó.
La Brigada para la Defensa de los Derechos Humanos en la zona norte dominicana consideró un verdadero crimen el tráfico de niños que se da en la frontera dominico-haitiana y pidió a las autoridades de ambos países acciones para detener el problema.
El organismo dijo que en Haití muchos de esos menores han sido víctimas de abusos físicos y sexuales y que en el trayecto también los delincuentes que trafican con ellos cometen ese tipo de abusos.
La organización reveló que los menores deambulan por las calles sin rumbo, duermen donde les sorprende la noche, se exponen a peligros constantes y a todo tipo de abusos, por lo que consideró que hay que apresar a los que se dedican a traficar con ellos.
Las autoridades migratorias dijeron que decidieron recoger a los niños ante las quejas y denuncias de ciudadanos de que algunos se dedican a robar y otros se pelean en las calles, donde han dañado varios vehículos con las piedras, palos y objetos que se lanzan.
Algunos de ellos fueron arrestados cuando pedían limosna en las calles junto a mujeres de nacionalidad haitiana que también fueron detenidas.
Sin embargo, un grupo casi tan numeroso de niños y adolescentes haitianos logró escapar de la persecución de los inspectores.
El jesuita Regino Martínez, coordinador de la organización Solidaridad Fronteriza en Dajabón (noroeste), dijo a Efe que el problema no se resuelve apresando a los menores y que hay que detener a quienes trafican con ellos.
"Esos niños cuando son enviados a Haití no saben a dónde ir, comienzan a deambular por las calles, por eso es que no creo que lo correcto sea detenerlos y repatriarlos, sino que a quienes hay que perseguir es a quienes los trafican", indicó.
La Brigada para la Defensa de los Derechos Humanos en la zona norte dominicana consideró un verdadero crimen el tráfico de niños que se da en la frontera dominico-haitiana y pidió a las autoridades de ambos países acciones para detener el problema.
El organismo dijo que en Haití muchos de esos menores han sido víctimas de abusos físicos y sexuales y que en el trayecto también los delincuentes que trafican con ellos cometen ese tipo de abusos.
La organización reveló que los menores deambulan por las calles sin rumbo, duermen donde les sorprende la noche, se exponen a peligros constantes y a todo tipo de abusos, por lo que consideró que hay que apresar a los que se dedican a traficar con ellos.