La osadía de un hombre que arriesgó su vida metiéndose hasta el cuello dentro de las furiosas corrientes de los ríos Duey y El Arroyón, a las 2:00 de la madrugada, a oscuras y bajo un temporal, permitió que los habitantes de La Cueva del Duey no murieran en su totalidad.
Ramón de León Amparo, alcalde de la comunidad, inició el rescate solo, pero cuando vio la realidad, formó un escuadrón de 15 hombres que juntos arrebataron de las garras de esos monstruos de agua a unos 45 niños y más de 30 adultos que se habían resignado a morir arrastrados por las aguas junto a sus viviendas, porque ninguno de los recursos que utilizaron para salvarse había dado resultado.
“Los niños eran cruzados a ñango, o sea, a los hombros nuestros, mientras que los adultos se tomaban por las manos hasta que llegaban a tierra firme. Fue una tarea titánica la que vencimos, porque lo hicimos en condiciones en que nadie se atrevía a arriesgar sus vidas por las de otros. Ese río traía un ruido estruendoso por la cantidad de piedras y palos que traía”, comentó el héroe. http://www.listindiario.com.do/