El obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, monseñor Jesús María de Jesús Moya, planteó ayer al Gobierno la necesidad de ejecutar un gran trabajo social para reubicar a las familias residentes en el Bajo Yuna y las demás comunidades afectadas por la tormenta Noel.
“Reubicar esas familias damnificadas dependerá del trabajo social para que sicológicamente esas personas no se vean desalojados, sino reubicados en un sitio donde vivan con más dignidad y seguridad”, afirmó. Abogó porque los afectados sean colocados en lugares donde el río Yuna nunca llegue, pero que para ejecutar esa medida se debe hacer un buen estudio.
“Hay muchas parcelas que el río se llevó y si es posible disciplinar el mismo río Yuna y hacerle un cause con grandes muros por todos los lados para que el río no penetre a las parcelas”, agregó el prelado.
Dijo que los daños causados por la tormenta Noel en la agricultura y el comercio por la tragedia ocurrida en Villa Riva y toda la provincia Duarte, son los más grandes que los causados por las inundaciones del Bajo Yuna con las tormentas del ciclón David y Federico.
Cree que la parte agrícola se recupera en seis meses, pero dijo que en cuanto a la reconstrucción de las viviendas le toca al Gobierno, lo que entiende dependerá de la capacidad científica y económica del Estado e instituciones internacionales y privadas.
Monseñor destacó la labor de ayudas de las autoridades oficiales, instituciones católicas y privadas, como Cáritas Arquidiocesanas, la Arquidiócesis de Santiago, los clubes rotarios, y otras cooperaciones provenientes de Puerto Plata, Montecristi y Valverde. http://www.elnacional.com.do/