El Gobierno se apresta a aplicar un conjunto de medidas fiscales que van desde la modificación de la Ley 112-00 sobre Hidrocarburos, del impuesto ad valorem que pesa sobre los combustibles, el traspaso de su recaudación a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) y la reducción y supervisión de los derivados del petróleo exonerados a las empresas generadoras y grandes industrias.
Las reformas estructurales para mejorar los ingresos también incluirán la concentración en la Tesorería Nacional de “todas las recaudaciones que perciben las municipalidades y demás instituciones del sector público no financiero por diversos conceptos.
También se concentrarán en la Tesorería los recursos de la cooperación internacional y los desembolsos de préstamos internos y externos, además de que todos esos ingresos en divisas serán canjeados exclusivamente en el Banco Central.
Así lo establece la carta de intención que elaboró el Gobierno y sirve de base al acuerdo stand by firmado con el Fondo Monetario Internacional.
El documento indica que el Gobierno aplicará una serie de medidas para mejorar la administración tributaria y el cumplimiento de las metas en lo que resta de este año y en 2010.
La carta fue dirigida al director gerente del FMI, Dominique Strauss Kahn bajo la firma del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, el secretario de Estado de Hacienda, Vicente Bengoa, y el secretario de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás.