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martes, 6 de octubre de 2009

Mantenimiento de la población ciega cuesta 100 millones de dólares al año

El mantenimiento de la población ciega cuesta cien millones de dólares al año en República Dominicana urge la instalación de centros oftalmológicos públicos en las regiones Este y Suroeste, el enriquecimiento de la leche con vitamina A para prevenir la ceguera por úlceras corneales y la asunción por parte de las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) privadas de su papel en la prevención de la ceguera evitable, que afecta actualmente a 33 mil ciudadanos/as.
Así lo sintetizó el neuroftalmólogo Juan Francisco Batlle, representante de América Latina ante la Novena Asamblea de la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB), que concluye mañana lunes en Melbourne, Australia, tras informar que el mantenimiento de la población dominicana no vidente tiene un costo de cien millones de dólares al año.
Dijo que esos recursos deben ser suministrados por los parientes más cercanos de personas ciegas que, por sus escasos recursos económicos, no pudieron acceder a tiempo a la medicina preventiva, lo que convierte a la ceguera en, al mismo tiempo, causa y efecto de la pobreza familiar.
“Tenemos 16 mil dominicanos y dominicanas ciegos de ambos ojos. La rehabilitación de una persona ciega cuesta muchísimo más que la prevención de esta condición, evitable en un 80 por ciento de los casos”, destacó el también presidente de la Comisión para la Prevención de la Ceguera.
También hay aquí 80 mil personas con glaucoma y el 2.5 por ciento de los niños y niñas padece de ambliopía u ojo haragán, agregó.
Como uno de logros alcanzados por el país en la prevención de la ceguera, citó el aumento en el número de operaciones de catarata, de 500 a más de 10,000 actualmente, gracias a los acuerdos entre el Seguro Nacional de Salud (SeNaSa) y prestadores como el hospital Elías Santana, de Los Alcarrizos; así como al adecuado entrenamiento de una nueva generación de subespecialistas en oftalmología.
Agregó que el índice de éxito en la cirugía de cataratas es del 95 por ciento, dados los avances médicos actuales, entre ellos la técnica de facoemulsificación y la colocación de lentes intraoculares de última generación.
Refirió que República Dominicana suscribió, en 2005, el Plan de Prevención de la Ceguera Evitable, en 2008 realizó la Encuesta Nacional de Ciegos y se prepara para reunir, en noviembre de este año, a los principales actores nacionales en prevención de ceguera, quienes trazarán una estrategia de seguimiento para alcanzar los objetivos propuestos para 2020.
Batlle, quien hizo un detallado análisis de la situación de salud visual de República Dominicana y de América Latina ante 2,000 especialistas y trabajadores de la salud visual congregados en Australia, indicó que en esta región del mundo hay 10.8 millones de personas con problemas visuales, de las cuales 1.7 millones son totalmente ciegas.
Las principales causas de ceguera en América Latina son: catarata, con un 44 por ciento; glaucoma, 14 por ciento; retinopatía diabética, siete por ciento; ceguera infantil, seis por ciento; opacidad corneal, cinco por ciento; y degeneración macular relacionada con la edad, cinco por ciento.
“La catarata es la responsable de la mitad de la ceguera en la región: en zonas rurales remotas de Guatemala, por ejemplo, el 65 por ciento de la ceguera en adultos se debe a esta efermedad; mientras que la retinopatía diabética tiene una prevalencia mucho más alta que el siete por ciento en algunos países. Actualmente, es la principal causa de ceguera adquirida entre los adultos de Brazil y México, problema que tiende a expandirse hacia otras naciones latinomericanas”, agregó.
El profesional dominicano resaltó que el objetivo de Visión 2020 y de la IAPB es eliminar las causas principales de la ceguera evitable para el año 2020: cataratas, errores refractivos, baja visión, ceguera infantil, tracoma, oncocercosis, glaucoma, retinopatía diabética y degeneración macular relacionada con la edad.
Dichos organismos internacionales persiguen el desarrollo de recursos humanos que puedan ofrecer adecuados servicios oftalmológicos a niveles primario, secundario y terciario; así como la provisión de equipos, medicamentos e insumos sanitarios de gran calidad y bajo costo, la construcción de clínicas oftamológicas y talleres de óptica.
“Estos programas deben estar integrados a las estructuras sanitarias nacionales, a fin de lograr su sostenibilidad. Un principio clave es el de que los servicios y equipos de alta calidad deben estar siempre disponibles para los más pobres”, indicó el oftalmólogo y filántropo dominicano.