El presidente del Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP), Domingo Batista, desprestigia, resta calidad moral y humanitaria al glorioso y combativo Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), cuando en vez de asumir el ineludible principio que dio origen a la colegiación periodística hace más de 26 años, se enfrasca en una polémica con uno de sus miembros fundadores y ex directivo, por el simple hecho de auxiliarse de esa institución para diligenciarse su delicado estado de salud.
Los principios fundamentales del Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP) y del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) es el deber de acudir en socorro de los periodistas, pero al parecer el principio de Domingo Batista es el placer de entretenerse como cuando un lobo devora a su victima. Es decir, disfruta cruentas leyendas, a fin de asustar, aterrorizar e intimidar, y así evadir valiosas informaciones y juicios muy estimables sobre las funciones de recaudador y administrador de los fondos de los periodistas.
Domingo Batista se ha convertido en dueño y señor del Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP), en donde ni siguiera asisten los miembros de la Sociedad Dominicana de Diarios, entidad que aglutina la mayor cantidad de periodistas colegiados, mientras ninguno de los demás directivos del Consejo de Administración, al parecer no le han dado a entender que esa entidad fue creada como un instrumento para ofrecer servicios a sus miembros y que cualquier respuestas debe hacerse de manera institucional.
El 0.5% que mensualmente pagan los medios de comunicación del país, periódicos impresos, empresas radiofónicas y Televisión, de acuerdo a la Ley 10-91,en su articulo 27 reza que los fondos del IPPP sólo podrán ser utilizados para planes de jubilación, seguros médicos y dentales, así como otros fines de asistencia social, pero en mi calidad de miembro activo, pues siendo periodista de LISTIN DIARIO, dure 11 años pagando mi cuota rigurosamente vía administrativa, sin incluir 6 años en El Nacional y 8 años en el desaparecido periódico El Sol. En la actualidad estoy fuera de los medios de comunicación y estoy al día en el CDP con mi cuota de colegiado, solo me resta pagar el mes de Octubre, el que todavía no ha concluido.
Ahora, yo quisiera saber, como también estarían preguntándose un sinnúmero de periodistas que nunca han sido miembros de los organismos de dirección del IPPP y el CDP, cual seria el mecanismo que se aplican los actuales directivos para ponerse al día en el pago de la cuota y los préstamos que suelen adjudicarse sin la supervisación o autorización alguna, así como otras interrogantes.
Domingo Batista, además, debería de aclarar a la clase periodística el destino de unos fondos que recibía en sus funciones de Tesorero del CDP en el período 2005-2007, había gestionado como ayuda en la Secretaria Administrativa de la Presidencia , por la friolera suma de unos 300 mil pesos mensuales, los cuales reportó por alrededor de dos o tres meses al pleno del Comité Ejecutivo del CDP, pero luego, siempre que era cuestionado por los miembros del Comité Ejecutivo evadía diciendo que pagarían en la otra, la otra y la otra semana, hasta que concluyó el referido período, sin que hasta la fecha se pueda saber que paso sobre el particular. Además, no sabemos si fue descontinuada la ayuda o si en la actualidad existe, pues nunca se ha anunciado en ninguna de las Asambleas de la entidad, ni mucho menos en los informes económicos, como si fuera algún secreto de Estado.
No se porque Domingo Batista actúa con un velo de misterio en cualquiera de los organismos de dirección del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), dando la impresión de acosar a los periodistas como un lobo multívoco, cuando su verdadera significación es rendir cuentas, proteger y defender a los periodistas. De otra forma, no hay razón de ser para que un periodista se pueda enrolar en su entidad colegiada.
En su copia y pegado sobre fábula “El Escorpión y la Rana ”, Domingo Batista ha querido empujarme al plano de su propia bajeza que refleja en el escrito de marra, pues jamás lo podrá lograr, pues antes de colocarme en su espejo prefiero que ruede mi cabeza, (de antemano veo como este personaje del IPPP se frotas las manos cuando lea sobre me cabeza, pues conozco my bien sus maquinaciones), pero mi dignidad, mi moral. y solidaridad humana esta por encima de cualquier principio de claudicación en mi lucha contra la ética y la moral. Sin embargo, nadie, ni nada que hace renunciar a la idea de mantener las criticas a las diabluras que en el CDP y el en IPPP se realicen en perjuicio de la gran mayoría de los periodistas.
Domingo Batista, en sus pretensiones de desviar la atención sobre los principios que dieron origen a la creación del IPPP, propugnar por la aplicación de la política de Seguridad Social de todos los periodistas del país, y velar por el buen uso de los fondos, ha querido extrapolar el tema de la pasada elecciones, como forma de denigrarme en mi justo reclamo por mi estado de salud.
Nunca he negado mis derrotas en las dos ocasiones en la que he participado como candidato a la presidencia del CDP, pero Domingo Batista sabe que el único de los candidatos perdedores en las elecciones del 2007 que ante la Comisión Electoral encabezada por Luis José Chávez, dijo que no llevaría a su institución ante los tribunales fue Manuel Azcona, pues mis demandas han sido a nivel de lo institucional, pues cuando esa Comisión Electoral definió el método que había utilizado para validar la candidatura de Mercedes Castillo, inmediatamente desistimos e incluso felicitamos a la presidenta electa, quien puede dar fe y testimonio de esa acción.
En las dos ocasiones hemos aceptados con dignidad y humildad nuestra derrota, y en caso de volver a ser candidato mantendré en alto el orgullo de velar por la institucionalidad y transparencia en la entidad colegiada. Sin embargo, a Domingo Batista se le olvida que la buena conducta no determina el éxito, ni la mala conducta el fracaso de una elecciones, pues de lo contrario los papeles se hubiesen invertidos, si invocamos el viejo refrán popular “más pudo el interés que el amor que te tenia”.