BOSTON. La inspiración de Colorado encontró la horma de su zapato: Josh Beckett. El rey de la postemporada sometió a la obediencia a los Rockies, que no mordían el polvo de la derrota desde el 27 de septiembre, y ayer Boston se impuso 13-1 en el primer partido de la Serie Mundial.
Los Rockies llegaron al inicio de la Serie Mundial 103 con un ritmo impresionante de 21 triunfos en los últimos 22 partidos celebrados, incluidos siete en línea en postemporada. Eso fue hasta ayer cuando se midieron a Beckett, que se convirtió en apenas el onceno lanzador en la historia con cuatro triunfos en una postemporada.
El derecho ponchó a nueve en siete entradas de una carrera y apenas seis imparables. Como si todo fuera poco, el relevo de Boston, con Mike Timlin y Eric Gagne, no permitió libertades. Era la clase de victoria que necesitaba Boston ante un Colorado insuflado hasta la saciedad de una motivación sin precedentes en los anales del juego.
Beckett, como si se tratara de un bálsamo especial, fue la cura para el virus de los Rockies, que esta noche tendrán al dominicano Ubaldo Jiménez en el montículo ante Curt Schilling.
La ofensiva de Boston, que lleva 10 o más carreras en tres partidos seguidos en postemporada, respaldó al as de su conjunto con 13 carreras, fabricadas todas desde el primero hasta el sexto episodio.
Con un Fenway Park delirante y abarrotado, los Medias Rojas tuvieron un rally de siete vueltas en el quinto. Eso fue más que suficiente.
Dustin Pedroia abrió el partido con un cuadrangular ante Jeff Francis, que no tuvo secretos ante la terrible alineación de los ganadores.
Pedroia, apenas el segundo mortal que abre una Serie Mundial con un cuadrangular, fue la chispa que encendió los motores. David Ortiz y Manny Ramírez, “los Compadres de la Destrucción”, pegaron seis de los 17 imparables de Boston.
Boston podría barrera Serie Mundial
Los Rockies llegaron al inicio de la Serie Mundial 103 con un ritmo impresionante de 21 triunfos en los últimos 22 partidos celebrados, incluidos siete en línea en postemporada. Eso fue hasta ayer cuando se midieron a Beckett, que se convirtió en apenas el onceno lanzador en la historia con cuatro triunfos en una postemporada.
El derecho ponchó a nueve en siete entradas de una carrera y apenas seis imparables. Como si todo fuera poco, el relevo de Boston, con Mike Timlin y Eric Gagne, no permitió libertades. Era la clase de victoria que necesitaba Boston ante un Colorado insuflado hasta la saciedad de una motivación sin precedentes en los anales del juego.
Beckett, como si se tratara de un bálsamo especial, fue la cura para el virus de los Rockies, que esta noche tendrán al dominicano Ubaldo Jiménez en el montículo ante Curt Schilling.
La ofensiva de Boston, que lleva 10 o más carreras en tres partidos seguidos en postemporada, respaldó al as de su conjunto con 13 carreras, fabricadas todas desde el primero hasta el sexto episodio.
Con un Fenway Park delirante y abarrotado, los Medias Rojas tuvieron un rally de siete vueltas en el quinto. Eso fue más que suficiente.
Dustin Pedroia abrió el partido con un cuadrangular ante Jeff Francis, que no tuvo secretos ante la terrible alineación de los ganadores.
Pedroia, apenas el segundo mortal que abre una Serie Mundial con un cuadrangular, fue la chispa que encendió los motores. David Ortiz y Manny Ramírez, “los Compadres de la Destrucción”, pegaron seis de los 17 imparables de Boston.
Boston podría barrera Serie Mundial
Los Medias Rojas de Boston no fueron inferiores al favoritismo que los seguía en el primer juego de la Serie Mundial del béisbol de las grandes ligas, al aplastar 13-1 a los Rockies de Colorado.
Un equipo chico, creado apenas en 1993, no pudo con una de las escuadras más ilustres del béisbol estadounidense.
Un equipo chico, creado apenas en 1993, no pudo con una de las escuadras más ilustres del béisbol estadounidense.
El partido, jugado en el venerable diamante de Fenway Park, en Boston, sirvió para que Dustin Pedroia, un novato de Boston, se destacara de manera especial. El debutante consiguió un jonrón muy temprano en el partido, que presagió el aplastante resultado final.
Colorado deberá reponerse del duro golpe que significa entrar en el libro de los récords con el peor registro de carreras en contra en un partido inaugural de las series mundiales.
Boston superó la marca que tenía Atlanta cuando derrotó 12-1 a los Yankees de Nueva York en el partido inaugural de la serie de 1996. A pesar de la abultada derrota, NY se alzó con el título.
Este jueves los Rockies tendrán que dar vuelta la página y recuperar la memoria del juego que les permitió llegar a la Serie Mundial con 21 victorias en los últimos 22 juegos.
Y como cuenta el béisbol, da lo mismo ganar por una o por doce carreras de diferencia.
La novena que gane cuatro juegos, en un máximo de siete, se lo llevará todo.
Boston superó la marca que tenía Atlanta cuando derrotó 12-1 a los Yankees de Nueva York en el partido inaugural de la serie de 1996. A pesar de la abultada derrota, NY se alzó con el título.
Este jueves los Rockies tendrán que dar vuelta la página y recuperar la memoria del juego que les permitió llegar a la Serie Mundial con 21 victorias en los últimos 22 juegos.
Y como cuenta el béisbol, da lo mismo ganar por una o por doce carreras de diferencia.
La novena que gane cuatro juegos, en un máximo de siete, se lo llevará todo.