BOSTON (AP).- La garra de Curt Schilling fue un poco mejor que la exuberancia juvenil de Ubaldo Jiménez y los Medias Rojas de Boston quedaron a dos victorias de conquistar su segunda Serie Mundial en cuatro años al vencer el jueves por 2-1 a los Rockies de Colorado.
En un partido para comerse las uñas, Mike Lowell remolcó la carrera decisiva con un doble en el quinto inning, mientras que Hideki Okajima y Jonathan Papelbon completaron la tarea monticular con un relevo casi que intocable para extender a seis la racha de triunfos de Boston en los clásicos de otoño, ya que en el 2004 barrió en cuatro juegos a San Luis.
Boston demostró que es una máquina que puede ganar de diversas formas.
De zarandear con un demoledor 13-1 a Colorado en el primer juego la noche previa, los Medias Rojas machacaron esta vez a cuenta gotas para darle la vuelta a la pizarra al verse abajo en la misma primera entrada.
"No siempre podemos anotar una montaña de carreras", declaró David Ortiz, el bateador designado de los Medias Rojas. "Se vio que somos un equipo que puede hacer de todo, porque tenemos un tremendo pitcheo".
Schilling, agente libre al final de la temporada, se apuntó la victoria al cubrir cinco innings y un tercio, en los que toleró cuatro hits, una carrera, con cuatro ponches y dos pasaportes.
La serie se traslada ahora a la casa de los Rockies para el tercer juego la noche del sábado, en lo que será la primera vez que un Clásico de Otoño se dispute en Denver y su estadio Coors Field. El japonés Daisuke Matsuzaka abrirá por Boston ante Josh Fogg 10-9.
"No le vamos a dar respiro", indicó Ortiz.
Clint Hurdle, el piloto de los Rockies trató de mantener el optimismo.
"Todo lo que tenemos que hacer es ganar... ¿cuatro de cinco juegos?", dijo. "Depende del cristal por uno lo mire, pero lo primero es ganar el tercer juego".
A la noche siguiente de sufrir la peor paliza en un primer juego, Jiménez supo maniatar a los Medias Rojas en los compases iniciales, sin permitir hits hasta el cuarto inning.
Colorado logró ponerse adelante en el primero gracias a la velocidad del dominicano Willy Taveras, remolcado por una roleta de Todd Helton.
El contraste entre Jiménez y Schilling era abismal, pero el novato dominicano de 23 años no acusó ningún tipo de medio escénico en una noche fría en el Fenway Park, de menos de 10 grados centígrados (50 fahrenheit).
Convocado de Triple A a mediados de julio, Jiménez sólo había permitido una carrera en sus dos salidas previas en los playoffs pero sin llevarse decisión.
Ayuda por su explosiva recta y un slider, Jiménez ejerció un dominio expedito al comienzo, sacando los primeros cinco outs con apenas 11 lanzamientos. No fue la mejor exhibición de un equipo de Boston que tiene fama de ser paciente al extremo en el plato.
El desempeño del dominicano fue un alivio para Colorado, luego que su as Jeff Francis decepcionó en el primer juego al permitir seis carreras en cuatro entradas.
Mientras Jiménez experimentaba la sensación de su primera Serie Mundial, Schilling --de 40 años-- subió a la lomita por 19na vez en postemporada y ahora tiene récord de 11-2 y 2.23 de efectividad.
Schilling también dominó a placer, aunque un pelotazo a Taveras en la primera y un error de su cuadro interior le implicó la única turbulencia seria.
Luego de sacar a Kaz Matsui con un elevado, Matt Holliday conectó una línea dura que se desvió en el guante del antesalista Lowell. El puertorriqueño alcanzó la bola, pero la tiró lejos del alcance de un Schilling que llegó tarde para cubrir la base, poniendo corredores en segunda y tercera. Helton vino a batear y su roleta a la inicial remolcó a Taveras.
Progresivamente, Jiménez se vio inmerso en atolladeros. El primero fue en el tercero, cuando Dustin Pedroia y Kevin Youkilis negociaron pasaportes con dos outs. Ortiz vino a batear y conectó una línea que por pocos centímetros no fue jonrón por el poste del bosque derecho. De vuelta a la caja, Jiménez lo ponchó con un slider con Ortiz tratando de aguantar el swing.
Boston recuperó la paciencia y logró nivelar la pizarra 1-1 en el cuarto, en el que Lowell negoció un boleto con un out y avanzó a tercera con un sencillo de J.D Drew al derecho, apenas el primer hit de la noche para los Medias Rojas. Un elevado de sacrificio de Jason Varitek al central impulsó a Lowell.
Cuando parecía que salía bien librado del quinto, Jiménez se metió en problemas después de dos outs, al transferir a Ortiz y luego tolerar sencillo a Manny Ramírez. Lowell se encargó de empujar a Ortiz desde tercera con un doble al izquierdo.
Doce de las 15 carreras de Boston en la serie han sido anotadas con dos outs.
Y fue ahí que se acabó la noche para Jiménez: tres hits permitidos, dos carreras limpias, cinco boletos, dos ponches y un bateador golpeado.
Boston llenó las bases cuando el relevista Jeffrey Affeldt transfirió a Drew, el único bateador que enfrentó. Matt Herges entró en relevo y sofocó la amenaza al poner fuera a Varitek con elevado.
Schilling alcanzó hasta la alta del sexto, relevado por Okajima cuando Colorado colocó corredores en segunda y primera con dos outs. Okajima, el primer pitcher japonés en lanzar en un clásico, conjuró el peligro al retirar a Garrett Atkins con rola a la inicial y ponche a Brad Hawpe.
La actuación de Okajima fue impecable al trabajar dos entradas y un tercio, sin dar libertades y recetar cuatro ponches.
Papelbon entró con dos outs y Holliday le conectó una línea a ras de piso por la intermedia. Pedroia logró meterle la guante, pero no retuvo la bola.
El hilo de esperanza de los Rockies se desvaneció inmediatamente, cuando Papelbon sorprendió a Holliday con un tiro a la inicial. Papelbon retiró en 1-2-3 el noveno, sacando a Hawpe con un ponche tirándole para el último out.
Por los Rockies, el dominicano Taveras de 3-0 con una anotada. El venezolano Yorvit Torrealba de 2-0.
Por los Medias Rojas, los dominicanos Ortiz de 3-0 con una anotada, Ramírez de 4-1 y Lugo de 3-0. El boricua Lowell de 3-1 con una anotada y otra impulsada. - AP
En un partido para comerse las uñas, Mike Lowell remolcó la carrera decisiva con un doble en el quinto inning, mientras que Hideki Okajima y Jonathan Papelbon completaron la tarea monticular con un relevo casi que intocable para extender a seis la racha de triunfos de Boston en los clásicos de otoño, ya que en el 2004 barrió en cuatro juegos a San Luis.
Boston demostró que es una máquina que puede ganar de diversas formas.
De zarandear con un demoledor 13-1 a Colorado en el primer juego la noche previa, los Medias Rojas machacaron esta vez a cuenta gotas para darle la vuelta a la pizarra al verse abajo en la misma primera entrada.
"No siempre podemos anotar una montaña de carreras", declaró David Ortiz, el bateador designado de los Medias Rojas. "Se vio que somos un equipo que puede hacer de todo, porque tenemos un tremendo pitcheo".
Schilling, agente libre al final de la temporada, se apuntó la victoria al cubrir cinco innings y un tercio, en los que toleró cuatro hits, una carrera, con cuatro ponches y dos pasaportes.
La serie se traslada ahora a la casa de los Rockies para el tercer juego la noche del sábado, en lo que será la primera vez que un Clásico de Otoño se dispute en Denver y su estadio Coors Field. El japonés Daisuke Matsuzaka abrirá por Boston ante Josh Fogg 10-9.
"No le vamos a dar respiro", indicó Ortiz.
Clint Hurdle, el piloto de los Rockies trató de mantener el optimismo.
"Todo lo que tenemos que hacer es ganar... ¿cuatro de cinco juegos?", dijo. "Depende del cristal por uno lo mire, pero lo primero es ganar el tercer juego".
A la noche siguiente de sufrir la peor paliza en un primer juego, Jiménez supo maniatar a los Medias Rojas en los compases iniciales, sin permitir hits hasta el cuarto inning.
Colorado logró ponerse adelante en el primero gracias a la velocidad del dominicano Willy Taveras, remolcado por una roleta de Todd Helton.
El contraste entre Jiménez y Schilling era abismal, pero el novato dominicano de 23 años no acusó ningún tipo de medio escénico en una noche fría en el Fenway Park, de menos de 10 grados centígrados (50 fahrenheit).
Convocado de Triple A a mediados de julio, Jiménez sólo había permitido una carrera en sus dos salidas previas en los playoffs pero sin llevarse decisión.
Ayuda por su explosiva recta y un slider, Jiménez ejerció un dominio expedito al comienzo, sacando los primeros cinco outs con apenas 11 lanzamientos. No fue la mejor exhibición de un equipo de Boston que tiene fama de ser paciente al extremo en el plato.
El desempeño del dominicano fue un alivio para Colorado, luego que su as Jeff Francis decepcionó en el primer juego al permitir seis carreras en cuatro entradas.
Mientras Jiménez experimentaba la sensación de su primera Serie Mundial, Schilling --de 40 años-- subió a la lomita por 19na vez en postemporada y ahora tiene récord de 11-2 y 2.23 de efectividad.
Schilling también dominó a placer, aunque un pelotazo a Taveras en la primera y un error de su cuadro interior le implicó la única turbulencia seria.
Luego de sacar a Kaz Matsui con un elevado, Matt Holliday conectó una línea dura que se desvió en el guante del antesalista Lowell. El puertorriqueño alcanzó la bola, pero la tiró lejos del alcance de un Schilling que llegó tarde para cubrir la base, poniendo corredores en segunda y tercera. Helton vino a batear y su roleta a la inicial remolcó a Taveras.
Progresivamente, Jiménez se vio inmerso en atolladeros. El primero fue en el tercero, cuando Dustin Pedroia y Kevin Youkilis negociaron pasaportes con dos outs. Ortiz vino a batear y conectó una línea que por pocos centímetros no fue jonrón por el poste del bosque derecho. De vuelta a la caja, Jiménez lo ponchó con un slider con Ortiz tratando de aguantar el swing.
Boston recuperó la paciencia y logró nivelar la pizarra 1-1 en el cuarto, en el que Lowell negoció un boleto con un out y avanzó a tercera con un sencillo de J.D Drew al derecho, apenas el primer hit de la noche para los Medias Rojas. Un elevado de sacrificio de Jason Varitek al central impulsó a Lowell.
Cuando parecía que salía bien librado del quinto, Jiménez se metió en problemas después de dos outs, al transferir a Ortiz y luego tolerar sencillo a Manny Ramírez. Lowell se encargó de empujar a Ortiz desde tercera con un doble al izquierdo.
Doce de las 15 carreras de Boston en la serie han sido anotadas con dos outs.
Y fue ahí que se acabó la noche para Jiménez: tres hits permitidos, dos carreras limpias, cinco boletos, dos ponches y un bateador golpeado.
Boston llenó las bases cuando el relevista Jeffrey Affeldt transfirió a Drew, el único bateador que enfrentó. Matt Herges entró en relevo y sofocó la amenaza al poner fuera a Varitek con elevado.
Schilling alcanzó hasta la alta del sexto, relevado por Okajima cuando Colorado colocó corredores en segunda y primera con dos outs. Okajima, el primer pitcher japonés en lanzar en un clásico, conjuró el peligro al retirar a Garrett Atkins con rola a la inicial y ponche a Brad Hawpe.
La actuación de Okajima fue impecable al trabajar dos entradas y un tercio, sin dar libertades y recetar cuatro ponches.
Papelbon entró con dos outs y Holliday le conectó una línea a ras de piso por la intermedia. Pedroia logró meterle la guante, pero no retuvo la bola.
El hilo de esperanza de los Rockies se desvaneció inmediatamente, cuando Papelbon sorprendió a Holliday con un tiro a la inicial. Papelbon retiró en 1-2-3 el noveno, sacando a Hawpe con un ponche tirándole para el último out.
Por los Rockies, el dominicano Taveras de 3-0 con una anotada. El venezolano Yorvit Torrealba de 2-0.
Por los Medias Rojas, los dominicanos Ortiz de 3-0 con una anotada, Ramírez de 4-1 y Lugo de 3-0. El boricua Lowell de 3-1 con una anotada y otra impulsada. - AP