El presidente del PRD, Ramón Alburquerque, declaró que el esfuerzo realizado en la renovación de la zona capitalina, denominada Barrio Chino, debe ser reforzado por el alcalde del Distrito Nacional, Roberto Salcedo, ya que sin dudas, este nicho cultural seguirá desarrollándose con los años alcanzando cada vez mayor significación como atractivo turístico y social.
La ciudad de Santo Domingo requiere de varios espacios similares identificados con diversas culturas huéspedes que fortalecen el ambiente cosmopolita de la capital dominicana.
El presidente del PRD, Ramón Alburquerque, hizo tales aseveraciones después de visitar varios amigos dueños de pequeños restaurantes tradicionales, donde se le solicitó el apoyo a través de los regidores de su organización en la sala capitular del Ayuntamiento de Santo Domingo, sobre lo cual prometió conversar con ellos, a fin de contribuir a resolver el problema del estacionamiento de vehículos en el Barrio Chino, a lo cual parece oponerse el alcalde Roberto Salcedo.
Las actividades comerciales del Barrio Chino se han reducido significativamente por la falta de facilidades de estacionamiento de los vehículos de los visitantes, quienes temerosos del hurto de sus autos prefieren desistir del disfrute de los atractivos ambientes culinarios y culturales de la zona
El político consideró que las medidas del alcalde lucen extremas y piensa que el conflicto puede resolverse con un poco de tolerancia y comprensión sobre la naturaleza de los negocios en estos tiempos de tanta inseguridad ciudadana, que hace temer a los visitantes que incluso se hacen acompañar de sus familias tras las cómodas ofertas en estos tiempos de carestía.
Al ingeniero Alburquerque le acompañaban sus hijos Mónica y Ramón, en una visita temprano en la noche cuando fueron a degustar la calidad de platos chinos, que además, son servidos a bajos precios con muchas atenciones y excelente calidad.
El político declaró finalmente, que la comunidad china tiene una larga historia de trabajo, honestidad y dedicación al progreso del país, con una ejemplar conducta, que junto a los dominicanos que también operan en la zona, son merecedores de la mayor consideración de las autoridades, sobre todo, después de las significativas inversiones públicas hechas por el gobierno central y el mismo cabildo de Santo Domingo.