Bernardo Pérez, Presidente 2036-2040. No, no está leyendo mal. Bernardo, a sus 17 años, decidió que cuando tenga 45 se postulará a la Presidencia de la República. Sueña con ser un gran líder y hacer una carrera política que ha iniciado antes de cumplir la mayoría de edad.
Bien es cierto que muchos niños y adolescentes aspiran a ser presidentes, pero quizá en el país no haya otro como Bernardo, quien ya distribuye volantes y tiene su tarjeta de presentación con la que se identifica como candidato presidencial para dentro de 28 años, por SDQ. Son las siglas de “Si Dios Quiere”, pero que pretende convertir en Socialismo Democrático de Quisqueya.
Es hijo de Milvio Pérez, un fotógrafo que formó parte del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, y de Alicia Mercado, ama de casa. Cursa el tercero del bachillerato en el colegio El Buen Pastor y estudiará Ciencias Políticas y Derecho.
Su padre dijo que lo apoya siempre y cuando no descuide sus estudios y se mantenga honesto y honrado.
El adolescente, cuyo rostro apacible le hace lucir más muchacho, participó en el primer Mocadi, un modelo de la Cámara de Diputados junto a otros adolescentes que sesionaron como congresistas verdaderos, hicieron comisiones y sometieron proyectos.
El de la comisión en que participó Bernardo sometió el proyecto de emprendurismo, en el que el Estado incentivaría con fondos y préstamos a los jóvenes para que en vez de emplearse formen sus propias empresas.
También fue parte del grupo de jóvenes que participó del Modelo de las Naciones Unidas.
Es asiduo visitante del Senado y la Cámara de Diputados, donde se ha convertido en consentido de congresistas de diferentes partidos políticos, como Roberto Rodríguez, senador por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Antonio Cruz, por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y la diputada Filia Pérez, del PRD.
El joven ve la educación como base del progreso y a la salida de la delincuencia y las drogas, que tanto afectan a adolescentes de la misma edad de él, pero sin visión de futuro y casi con cero oportunidades de salir de la pobreza y marginalidad.
“Creo que con todo lo que tenemos en el país, podemos ser una mejor República Dominicana”, dijo tras indicar que pretende prepararse para convertirse en un gran líder.
Su inspiración ha sido los grandes líderes como Peña Gómez, por el plan de bien social que pretendía implantar; Juan Bosch, por su pensamiento y acciones que tomó en su gobierno, como promulgar “la ley de sindicatos y por darle mayores derechos a la mujer”; así como Balaguer, por las obras de infraestructura que se edificaron en su gobierno.
“Yo creé un cronograma de lo que será mi vida. Tengo que escalar y tener mucho apoyo para poder ser candidato presidencial. Y desde ahora con sólo una inspiración me considero candidato presidencial, no por un partido”, puntualizó.
Como entiende que la vida política en el país está destruida mantiene su movimiento independiente de cualquier partido tradicional.
“Yo puse en mi tarjeta SDQ, si Dios Quiere”, dijo el joven con la esperanza de que Dios quiera que él cumpla con su objetivo de llegar a la presidencia y hacer un gobierno que imponga grandes transformaciones, un gobierno hecho con la honestidad que su padre pretende que él conserve.
Bien es cierto que muchos niños y adolescentes aspiran a ser presidentes, pero quizá en el país no haya otro como Bernardo, quien ya distribuye volantes y tiene su tarjeta de presentación con la que se identifica como candidato presidencial para dentro de 28 años, por SDQ. Son las siglas de “Si Dios Quiere”, pero que pretende convertir en Socialismo Democrático de Quisqueya.
Es hijo de Milvio Pérez, un fotógrafo que formó parte del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, y de Alicia Mercado, ama de casa. Cursa el tercero del bachillerato en el colegio El Buen Pastor y estudiará Ciencias Políticas y Derecho.
Su padre dijo que lo apoya siempre y cuando no descuide sus estudios y se mantenga honesto y honrado.
El adolescente, cuyo rostro apacible le hace lucir más muchacho, participó en el primer Mocadi, un modelo de la Cámara de Diputados junto a otros adolescentes que sesionaron como congresistas verdaderos, hicieron comisiones y sometieron proyectos.
El de la comisión en que participó Bernardo sometió el proyecto de emprendurismo, en el que el Estado incentivaría con fondos y préstamos a los jóvenes para que en vez de emplearse formen sus propias empresas.
También fue parte del grupo de jóvenes que participó del Modelo de las Naciones Unidas.
Es asiduo visitante del Senado y la Cámara de Diputados, donde se ha convertido en consentido de congresistas de diferentes partidos políticos, como Roberto Rodríguez, senador por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Antonio Cruz, por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y la diputada Filia Pérez, del PRD.
El joven ve la educación como base del progreso y a la salida de la delincuencia y las drogas, que tanto afectan a adolescentes de la misma edad de él, pero sin visión de futuro y casi con cero oportunidades de salir de la pobreza y marginalidad.
“Creo que con todo lo que tenemos en el país, podemos ser una mejor República Dominicana”, dijo tras indicar que pretende prepararse para convertirse en un gran líder.
Su inspiración ha sido los grandes líderes como Peña Gómez, por el plan de bien social que pretendía implantar; Juan Bosch, por su pensamiento y acciones que tomó en su gobierno, como promulgar “la ley de sindicatos y por darle mayores derechos a la mujer”; así como Balaguer, por las obras de infraestructura que se edificaron en su gobierno.
“Yo creé un cronograma de lo que será mi vida. Tengo que escalar y tener mucho apoyo para poder ser candidato presidencial. Y desde ahora con sólo una inspiración me considero candidato presidencial, no por un partido”, puntualizó.
Como entiende que la vida política en el país está destruida mantiene su movimiento independiente de cualquier partido tradicional.
“Yo puse en mi tarjeta SDQ, si Dios Quiere”, dijo el joven con la esperanza de que Dios quiera que él cumpla con su objetivo de llegar a la presidencia y hacer un gobierno que imponga grandes transformaciones, un gobierno hecho con la honestidad que su padre pretende que él conserve.